El alimento que hoy en día es un básico en muchas cocinas del mundo, el aguacate, tiene una historia que se remonta a unos 50.000 años atrás, en la región de México, tal y como lo detalla Julián Díaz Robledo en su libro ‘Historia del aguacate español’. El término ‘aguacate’ deriva de la palabra azteca ‘ahuacatl‘, y pertenece a la familia del laurel (laurácea). Los aztecas atribuían a esta fruta, que sí, es una fruta al igual que el tomate, numerosas propiedades saludables, entre ellas, propiedades afrodisiacas.
Los primeros huesos fósiles y restos biológicos del aguacate se encontraron en México alrededor del año 1500 a.C., aunque hay indicios de que su existencia puede datar desde el 7000 a.C. Fueron los españoles quienes introdujeron el aguacate en Europa en el siglo XVI a través de Canarias. Los primeros frutos crecieron en el Jardín Botánico de Orotava (Tenerife), con ejemplares procedentes de Venezuela.
Las primeras referencias escritas de esta fruta en España, pueden encontrarse en el Diccionario de Agricultura y Economía (1842), en el que se menciona que ya en 1572 existían aguacates en las costas de Valencia y Alicante. Es probable que estos frutos fueran traídos por marineros que regresaban de las Américas.
Sin embargo, no todas las variedades de aguacate que se cultivan en América son adecuadas para crecer en España. De hecho, solo unos pocos tipos han ido mejorando con los años para resistir mejor las condiciones climáticas locales. Algunas de las variedades que han demostrado ser más resistentes incluyen la Pinkerton, Hass, Fuerte, Bacon y Zutano.
La Pinkerton se caracteriza por tener un hueso pequeño, piel gruesa, un color verde muy oscuro y una pulpa cremosa de color verde pálido. Su forma es similar a la de una pera grande y su peso varía entre los 250 y los 500 gramos.
Por su parte, la Hass es la variedad más cultivada en España. Su fruto y semilla son relativamente pequeños, con un peso total de unos 200-300 gramos. La piel es rugosa y de color verde oscuro, tornándose violácea cuando está cosechada. Dentro de la variedad Hass, se encuentran también la Cármen Hass y la Lamb Hass.
La variedad Fuerte tiene una piel delgada, verde brillante y algo granulosa, pero no tan arrugada como las variedades Hass y Pinkerton. El fruto es de tamaño mediano a grande, y se aprovecha entre un 75 a un 77% de la pulpa.
Por otro lado, la variedad Bacon del aguacate es una de las más apreciadas tanto a nivel gastronómico como alimentario. El fruto es de gran tamaño y ovalado, de piel lisa, fina y verde.
La época para plantar aguacates en España es a partir de marzo y hasta mayo, según indica Iñaki Hormaza, responsable del Departamento de Fruticultura Subtropical y profesor de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Lo ideal es adquirir la planta en un vivero para injertar una variedad buena, pero también se puede hacer germinar el hueso y plantarlo en una maceta. Para germinar la semilla, se debe cortar el fruto por la mitad y extraer el hueso. Se le clavan cuatro palillos en el hueso y se coloca sobre un vaso lleno de agua, con el hueso del aguacate sumergido hasta la mitad.
Una vez que haya brotado, se pone con tierra en una maceta, en la que tampoco conviene dejarlo mucho tiempo para luego trasplantarlo en un terreno apto para árboles frutales.
La planta necesita unas temperaturas medias, sin grandes diferencias entre el día y la noche y mucha luz solar. Es un árbol sensible a las heladas y requiere podas ligeras y repartidas a lo largo del año para vigorizar la planta y regular las producciones más homogéneas con frutos de mayor calidad.
