Google despide a empleados que estaban formando un sindicato

La Autoridad de Competencia de Francia ha impuesto una multa de 250 millones de euros a la gigante tecnológica Google, por incumplir un compromiso adquirido en 2021 relacionado con la remuneración de los medios de comunicación del país y por infringir la propiedad intelectual. Esta decisión supone una dura sanción que pone en evidencia las tensiones existentes entre las grandes empresas tecnológicas y las autoridades europeas en torno a la protección de los derechos de autor.

Según el dictamen del regulador francés, Google no negoció «de buena fe» con alrededor de 280 editores de prensa y no proporcionó información basada en «criterios transparentes» para que estos pudieran evaluar el pago por sus derechos de autor. La empresa con sede en Mountain View, California, habría violado cuatro de los siete compromisos que inicialmente había acordado. Esta multa se produce tras las quejas de varias de las principales organizaciones de noticias de Francia, incluyendo la agencia France Press (AFP).

En 2019, Francia se convirtió en el primer país de la Unión Europea en adoptar una directiva que obliga a las grandes plataformas de Internet a remunerar a los medios de comunicación por compartir sus contenidos. En el caso de Google, estos artículos aparecen en su buscador, uno de sus principales fuentes de ingreso. Facebook, otra gigante de la tecnología, también terminó acatando este pago.

No es la primera vez que Google se enfrenta a una sanción de este tipo en Francia. En 2021, la compañía fue multada con 500 millones de euros por la misma razón. Aunque Google se opuso inicialmente a esta medida, en 2022 retiró su apelación, lo que parecía indicar una posible resolución del conflicto.

La Autoridad de Competencia de Francia también ha criticado a Google por utilizar sin consentimiento los contenidos de los medios para entrenar a Gemini, su sistema de inteligencia artificial (IA) antes conocido como Bard. Según el regulador, no se informó de este uso a los editores ni se les permitió oponerse a este, lo que habría afectado su capacidad para negociar una remuneración.

A pesar de la sanción, Google ha afirmado que no impugnará la multa, aunque la considera «desproporcionada». La empresa estadounidense también ha propuesto una serie de medidas correctivas para abordar las deficiencias señaladas por el organismo francés de la competencia.

La decisión de la Autoridad de Competencia de Francia demuestra una vez más la creciente presión que enfrentan las grandes empresas tecnológicas en Europa. El caso de Google pone de manifiesto la necesidad de encontrar un equilibrio entre los intereses de estas compañías y la protección de los derechos de autor, un tema que sin duda continuará generando debate en el futuro.