Arabia Saudí tiene la ambición de convertirse en el mayor inversor mundial en inteligencia artificial (IA), y para lograrlo, el gobierno saudí planea crear un fondo valorado en 40.000 millones de dólares, según informaciones internas filtradas al ‘The New York Times’.
Este movimiento es parte de una estrategia más amplia que busca posicionar a Arabia Saudí como un actor clave en el floreciente mercado de la inteligencia artificial, un sector que hasta ahora ha estado dominado por gigantes tecnológicos como el conglomerado japonés SoftBank. Las mismas fuentes sugieren que la inversión saudí podría despegar durante la segunda mitad de 2024.
En semanas recientes, funcionarios del Fondo de Inversión Pública saudí han estado negociando una posible asociación con la firma estadounidense de capital riesgo Andreessen Horowitz, un actor importante en el ecosistema de Silicon Valley. La firma es conocida por su cofundador Ben Horowitz, amigo de Yasir al-Rumayyan, el gobernador de este instrumento financiero saudí.
Un fondo de 40.000 millones de dólares para el desarrollo de la IA convertiría a Arabia Saudí en el principal actor de un mercado en plena efervescencia. Esta cifra solo podría ser superada por SoftBank, el mayor inversor del mundo en start-ups de este sector.
Según el diario neoyorquino, este esfuerzo de inversión en inteligencia artificial forma parte de un movimiento estratégico más amplio para aumentar la influencia global de la monarquía absolutista de Salmán bin Abdulaziz. La creación de este fondo de inversión en IA destacaría las ambiciones empresariales globales de esta nación rica en petróleo, así como sus esfuerzos por diversificar su economía.
Hasta la fecha, Arabia Saudí ha canalizado sus ambiciones a través de un fondo soberano que gestiona activos por un valor de más de 900.000 millones. Sin embargo, sus inversiones tecnológicas en compañías como Uber o WeWork no han tenido el éxito esperado.
La reputación internacional del régimen saudí entre los inversores se vio mermada en 2018 debido a la brutal ejecución del periodista disidente Jamal Khashoggi. Sin embargo, la reiterada violación de los derechos humanos no ha impedido que grandes bancos de Wall Street estén ayudando a Arabia Saudí a construir un fondo tecnológico que podría beneficiar al sector en su carrera por construir la próxima OpenAI, la empresa responsable de ChatGPT.
La creación de este fondo de inversión podría ser un punto de inflexión para la economía saudí, que ha estado buscando diversificar su economía más allá del petróleo. Al invertir en tecnología y, en particular, en inteligencia artificial, Arabia Saudí espera posicionarse como un actor clave en este sector en rápido crecimiento.
En resumen, el gobierno saudí tiene planes de invertir fuertemente en el desarrollo de la inteligencia artificial, con el objetivo de convertirse en el mayor inversor mundial en este sector. A pesar de los desafíos y la controversia, parece que Arabia Saudí está decidida a hacer una apuesta significativa en el futuro de la tecnología.