El cambio climático es una realidad ineludible que ha llegado para quedarse, dibujando un panorama ciertamente complicado para el futuro. Esto implica la necesidad de adoptar medidas urgentes en todos los sectores, desde los públicos hasta los empresariales, para contribuir a mitigar sus efectos. Una de estas medidas clave es la reducción del consumo de agua, un recurso cada vez más escaso y preciado. Esta necesidad ha llevado a un crecimiento imparable del mercado de césped artificial, un producto que requiere significativamente menos recursos hídricos que su homólogo natural.
En este contexto, la empresa alicantina Doménech Hermanos ha consolidado su posición de liderazgo en el sector del césped artificial. Sus ventas han experimentado un crecimiento sostenido, impulsado tanto por el aumento de la demanda debido a la falta de agua para el riego, como por su compromiso con la sostenibilidad. Este compromiso ha llevado a la empresa a impulsar proyectos relacionados con el reciclaje y los materiales biodegradables.
El viaje de Doménech Hermanos
La historia de Doménech Hermanos se remonta a 1899, cuando comenzó como una empresa textil en el municipio alicantino de Muro. A lo largo de los años, la empresa ha evolucionado y diversificado su producción, hasta especializarse en la fabricación de césped artificial. En 2014, fue adquirida por la compañía belga Beaulieu International Group, un grupo industrial privado líder en su campo.
Bajo la dirección de Beaulieu, todas las soluciones relacionadas con el césped artificial se diseñan y fabrican en la planta de Doménech Hermanos en Muro. Una plantilla de 93 trabajadores produce las gamas comerciales Turfgrass y Act Sports.
Los productos Turfgrass están orientados al ámbito paisajístico y residencial, utilizándose en entornos públicos, hoteles, centros de convenciones y hogares. Por otro lado, los productos Act Sports están diseñados con fines deportivos, buscando mejorar el rendimiento de los jugadores y garantizar la uniformidad en todas las condiciones meteorológicas.
La demanda de césped artificial ha experimentado un crecimiento exponencial en los últimos tiempos, impulsada por la escasez de agua para el riego. Este mercado europeo está conformado a nivel europeo por 100 millones de metros cuadrados anuales, de los cuales 60 millones corresponden a aplicaciones residenciales y el resto a instalaciones deportivas. Del total, Doménech Hermanos aporta unos cinco millones de metros cuadrados.
En términos financieros, Doménech Hermanos registró una facturación de 35,2 millones de euros en el último año. La empresa ha experimentado un crecimiento sostenido del 10% anual, impulsado no solo por la tendencia creciente del mercado, sino también por su compromiso con la calidad y la sostenibilidad.
Compromiso con la sostenibilidad y el reciclaje
Este compromiso con la sostenibilidad se refleja en varios proyectos de reciclaje que la empresa está llevando a cabo. Uno de ellos se centra en sustituir la base del césped artificial, hasta ahora elaborada con poliuretano o látex, por un material prácticamente idéntico al del propio césped. Esto mejora la reciclabilidad del producto y facilita su uso posterior para la fabricación de otros productos. La empresa también está investigando la introducción de biopolímeros biodegradables.
Otra área de trabajo es la recuperación del césped al final de su ciclo de vida para su reciclaje. Según Frederic Rasschaert, director general de la empresa, esta operación ya es una realidad en el caso de las instalaciones deportivas. Sin embargo, el reto actual está en la recuperación del césped de las áreas residenciales, una tarea que requiere la colaboración gubernamental.
Por último, en respuesta a una exigencia de la Unión Europea, Doménech Hermanos está utilizando materiales alternativos a las bolas de caucho que se utilizaban en los campos de fútbol para mejorar el agarre y el bote del balón. «Nosotros ya utilizamos productos naturales como el corcho, contando para ello con la certificación de la FIFA», concluye Rasschaert.