Uno de cada cuatro coches eléctricos vendidos en Europa en 2024 vendrá de China.

El presente informe pretende arrojar luz sobre el creciente impacto de la expansión del coche eléctrico en la economía global. Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), la adopción creciente de vehículos eléctricos reducirá drásticamente el consumo de gasolina y diésel a partir del próximo año. En su último informe, la AIE anticipa que la demanda de carburantes tocará techo.

Al analizar el ritmo de ventas de vehículos eléctricos, se espera que uno de cada cinco vehículos vendidos en todo el mundo este año serán eléctricos, lo que representa un aumento del 30% respecto al año anterior. En 2023, se vendieron 14 millones de coches eléctricos, un incremento del 35% y se prevé que para 2024 esta cifra alcance los 17 millones. Aunque estos números representan solo el 18% de las ventas totales de la industria, destierran las peores predicciones que apuntaban a un crecimiento lento debido a la alta inflación y la eliminación de incentivos para la compra en muchos países.

Geográficamente, la distribución de la adopción de vehículos eléctricos es desigual, con China liderando con el 60% de las ventas globales. En contraste, Estados Unidos y Europa, que representan el 65% del comercio mundial de vehículos, solo cuentan con una penetración eléctrica del 25% y 10% respectivamente. No obstante, la AIE predice una «revolución mundial» en la industria del automóvil que se prepara para una nueva fase de crecimiento.

Estas tendencias se fundamentan en la reciente oleada de inversiones en la fabricación de baterías. Un ejemplo notable es el anuncio del mayor exportador de coches chino, Chery, de establecerse en la antigua fábrica de Nissan en Barcelona. Este movimiento evidencia que la cadena de suministro de vehículos eléctricos está avanzando para cumplir con los ambiciosos planes de expansión de los fabricantes de automóviles, lo que resultará en un rápido aumento de la proporción de vehículos eléctricos en las carreteras, según Fatih Birol, el director ejecutivo de la AIE.

Si se mantienen las políticas actuales, las previsiones de la AIE anticipan que para 2030, casi uno de cada tres automóviles en China será eléctrico mientras que en Estados Unidos y Europa será casi uno de cada cinco. Para 2035, se espera que globalmente, uno de cada dos vehículos sea eléctrico. Este cambio masivo a vehículos eléctricos se traducirá en una reducción de la demanda de petróleo de entre 6 y 10 millones de barriles diarios.

Si todos los objetivos nacionales en energía y clima se cumplen a tiempo, los cálculos de la AIE sugieren que para 2030, dos de cada tres vehículos serán eléctricos, lo que resultará en una reducción de consumo de petróleo de 12 millones de barriles diarios. Esta cifra equivale al consumo actual de gasolina y diésel de todo Estados Unidos.

Este análisis proporciona una visión clara de la rápida transición hacia los vehículos eléctricos y su impacto en la economía global. A medida que avanzamos hacia un futuro más verde y sostenible, la expansión del coche eléctrico jugará un papel crucial en la reducción del consumo de combustibles fósiles y la adopción de energías renovables.

Por Daniel