La presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, en una imagen de archivo

El Banco Central Europeo (BCE) ha decidido seguir el guión previsto y mantener los tipos de interés oficiales de la zona euro sin cambios por cuarta reunión consecutiva. Sin embargo, la autoridad monetaria ha rebajado su previsión de inflación, especialmente para 2024, debido principalmente a una menor contribución de los precios de la energía. Esto facilita el camino para que el BCE comience a recortar los tipos de interés en verano. Los economistas del banco ahora prevén que la inflación promedio será del 2,3% en 2024, 2% en 2025 y 1,9% en 2026, en comparación con el 2,7%, 2,1% y 1,9% que calcularon en diciembre.

Las proyecciones de inflación subyacente (excluyendo los precios más volátiles de la energía y los alimentos) también se han revisado a la baja, hasta una media del 2,6% en 2024, el 2,1% en 2025 y el 2% en 2026, en comparación con el 2,7%, 2,3% y 2,1% anteriores. Paralelamente, el BCE prevé ahora un crecimiento económico menor para la zona euro este año (0,6% frente al 0,8% de diciembre), mientras que lo mantiene para 2025 (1,5%) y lo ha revisado una décima al alza para 2026 (1,6%).

Por ahora, los tipos de interés seguirán sin cambios, después de que el BCE los aumentase para combatir la alta inflación a un ritmo y escala sin precedentes desde su creación en 1999: 4,5 puntos porcentuales en 10 reuniones consecutivas entre julio de 2022 y septiembre pasado. El tipo principal seguirá en el 4,5% (el nivel más alto desde mayo de 2001), mientras que la facilidad de depósito (el interés con que remunera el dinero que guarda a los bancos, el más relevante en el actual contexto) se quedará en su máximo histórico del 4%.

El mercado esperaba estas decisiones, pero está particularmente atento a los mensajes que pueda enviar la presidenta del BCE, Christine Lagarde, sobre cuándo empezará el esperado ciclo de bajada de los tipos. Los analistas especulan con que la alta funcionaria francesa pueda aprovechar la rueda de prensa posterior al comunicado para admitir por primera vez que el consejo ha comenzado a debatir cuándo reducir los tipos de interés, un primer paso esencial hacia el primer recorte.

Lagarde, sin embargo, estableció por primera vez en enero una temporización -el verano- para la posible primera bajada de los tipos de interés de la zona euro tras la crisis inflacionista de los dos últimos años. Esto es más tarde de lo que esperaba el mercado (primavera).

El consenso de los inversores antes de las declaraciones de Lagarde en enero era que el BCE comenzaría a bajar los tipos en abril y los reduciría cinco veces en 1,4 puntos a lo largo del año, hasta reducirlos al 2% en 2025. Sin embargo, las advertencias del banco central han hecho mella y los analistas ahora esperan que el primer recorte probablemente se produzca en junio o julio y que haya tres rebajas en el año, cada una de 0,25 puntos porcentuales.

La expectativa de que el BCE empezara a reducir los tipos oficiales en primavera impulsó al euríbor a reducirse desde el 4,16% de octubre al 3,609% de enero. Sin embargo, el mensaje de que es más probable que el recorte comience en verano hizo que el índice subiera al 3,671% en febrero.

El tipo medio de las nuevas hipotecas contratadas en enero también bajó del 3,79% al 3,7%. El interés medio de los nuevos depósitos, paralelamente, también ha comenzado a bajar (del 2,58% al 2,38%), aunque puede deberse a un ajuste puntual por la rebaja del euríbor previa a que el BCE retrasase la expectativa del mercado sobre el primer recorte de tipos.

Por Daniel