«Había hileras sobre las mesas y en los baños»

El mundo del espectáculo está lleno de luces brillantes y glamour, pero también esconde oscuros secretos y luchas personales. Una de las personalidades más queridas y reconocidas de Hollywood, la actriz Whoopi Goldberg, ha decidido abrirse y compartir algunas de sus experiencias más sombrías en su nuevo libro de memorias titulado ‘Bits and Pieces: My Mother, My Brother, and Me‘.

Siguiendo la tendencia de otras celebridades como Britney Spears y el Príncipe Harry, Goldberg revela en su obra literaria episodios sobre su lucha contra la adicción a la cocaína en la década de los ochenta. «Me invitaban a fiestas en las que me recibían con un bol lleno de metacualona. Podía elegir lo que quisiera. Había hileras de cocaína sobre las mesas y en las encimeras de los baños, a la vista de cualquiera», relata sobre las extravagantes y desenfrenadas fiestas de Hollywood.

La ganadora del Oscar describe que a pesar del ambiente de drogas, todos los invitados parecían «tranquilos y relajados». La carencia de autoridades daba a los presentes una sensación de impunidad, lo que les permitía actuar sin restricciones. En aquel entonces, Goldberg creía que podía controlar su consumo, ya que la cocaína «no parecía peligrosa». De hecho, recuerda que durante su primer año de consumo, «todo fue bien».

La actriz logró ocultar su adicción a su círculo más cercano durante un tiempo, pero la realidad golpeó cuando la droga «empezó a ganarle». En un momento de paranoia inducida por la cocaína, Goldberg relata que pasó «24 horas sin moverse» de su cama por miedo a que una «criatura monstruosa» que creía ver debajo de ella, la atacara.

Sin embargo, la verdadera «bofetada en la cara» que la hizo darse cuenta de que necesitaba poner fin a sus adicciones vino durante una estadía en un hotel de Manhattan. La actriz se escondió en un armario para consumir cocaína y fue sorprendida por una camarera. El susto la hizo saltar y se vio reflejada en un espejo con su rostro cubierto de polvo blanco.

Este incidente fue suficiente para que Goldberg decidiera cambiar sus hábitos. «Supe que para desintoxicarme tendría que cambiar de amigos y rechazar muchas invitaciones. Pero pude hacerlo porque no quería morir», confiesa la actriz. Con determinación y esfuerzo, logró «dejarlo rápidamente».

Antes de su adicción a la cocaína, Goldberg reconoce que sólo había consumido marihuana: «Me había mantenido bastante alejada de las drogas, excepto la marihuana, después de limpiarme a principios de los años 70». Pero en una entrevista en 2011 en el canal ABC, la actriz también admitió haber sido adicta al alcohol hasta el punto de «trabajar únicamente para poder pagarme la bebida». Al igual que con las drogas, Goldberg logró vencer su adicción al alcohol después de alcanzar su punto más bajo.

Las memorias de Goldberg nos dan una visión inédita y valiente a una lucha personal que muchas celebridades enfrentan en silencio. Su historia es un recordatorio de que, independientemente de la fama o el estatus, la adicción puede afectar a cualquiera y que buscar ayuda siempre es el primer paso hacia la recuperación.