El calentamiento global continúa su curso acelerado, y los datos climáticos de febrero de este año son una prueba contundente de ello. Según el servicio de monitoreo climático Copernicus de la Unión Europea, este febrero no solo fue el más caliente registrado en la historia, sino que también fue el noveno mes consecutivo en el que se establecieron récords de temperatura, algo nunca antes visto. Los indicadores apuntan a un verano de 2024 sin precedentes a medida que las temperaturas de la tierra y del mar siguen aumentando y los casquetes polares continúan derritiéndose.
El informe de Copernicus reveló que las temperaturas de febrero estuvieron 1,77ºC por encima de la media del período preindustrial, superando el límite de 1,5ºC establecido por el Acuerdo de París. Aunque no es la primera vez que se supera este límite, la esperanza radica en que estas situaciones sean temporales y reversibles. Sin embargo, el aumento de 1,77 grados sugiere que no será la última vez que se rompa el límite del Acuerdo de París.
Además, durante la primera mitad de febrero, la temperatura media diaria mundial fue excepcionalmente alta, superando los niveles preindustriales en 2ºC durante cuatro días consecutivos, del 8 al 11 de febrero. Europa fue uno de los lugares del planeta donde más se notó este aumento.
La temperatura media mundial de los últimos doce meses, desde marzo de 2023 hasta febrero de 2024, confirma que ya se ha superado durante un año entero el umbral de los 1,5ºC, ya que ha estado 1,56ºC por encima de la media preindustrial.
El calentamiento global también se refleja en los océanos. Los récords de temperatura media mundial de la superficie del mar se rompieron en febrero, superando el récord anterior de 2023. La temperatura media marina en superficie fue de 21,06ºC, según los datos de Copernicus.
Carlo Buontempo, director del Servicio de Cambio Climático de Copernicus (C3S), advirtió que, a menos que consigamos estabilizar las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera, nos enfrentaremos irremediablemente a nuevos récords de temperatura mundial y a sus consecuencias.
Además de las temperaturas, el informe de Copernicus también destacó las anomalías en las variables hidrológicas. Durante el invierno del hemisferio norte (diciembre, enero y febrero), se observaron condiciones persistentemente más secas que la media en el sur y el este de España, el sur de Francia, Sicilia, el Magreb, gran parte de Escandinavia, el noroeste de Rusia y las regiones situadas al oeste del mar Negro.
En cuanto al hielo marino, la extensión de hielo marino en el Ártico fue un 2% inferior a la media, aunque no tan baja como en la mayoría de los últimos años. Sin embargo, la extensión de hielo marino en la Antártida marcó en febrero el mínimo anual de un mes, siendo la tercera más baja desde que se registran datos por satélite, situándose un 28% por debajo de la media, cerca del mínimo histórico de febrero de 2023.
Estos datos son una prueba más de la necesidad urgente de tomar medidas para detener el calentamiento global.