El próximo par de años se presenta como un punto de inflexión esencial en la lucha global contra el cambio climático. Según advierte Simon Stiell, encargado de la política climática de las Naciones Unidas, nuestras acciones (o inacciones) de aquí a 2026 tendrán consecuencias significativas en el futuro del planeta.
La ciencia respalda esta afirmación, con expertos coincidiendo en que es crucial reducir a la mitad las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030. Esta reducción es necesaria para evitar un aumento de las temperaturas de más de 1.5 grados centígrados, que podría resultar en un clima y calor más extremos.
A pesar de estas advertencias, las emisiones mundiales de CO2 relacionadas con la energía alcanzaron un récord el año pasado. Aún más preocupante es que los compromisos y objetivos actuales de los gobiernos para combatir el cambio climático no lograrían una reducción significativa de las emisiones globales para 2030.
Stiell, quien es el Secretario Ejecutivo de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, enfatiza que los próximos dos años son «esenciales para salvar nuestro planeta». Según él, todavía tenemos la oportunidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, pero esto requerirá planes climáticos nacionales más robustos.
En su intervención en el centro de estudios Chatham House de Londres, Stiell insistió en que el Grupo de las 20 principales potencias económicas (que juntas son responsables del 80% de las emisiones mundiales) necesita dar un paso adelante. De acuerdo con la agencia Reuters, la principal tarea de las negociaciones climáticas de la ONU de este año en Bakú, Azerbaiyán, es que los países acuerden un nuevo objetivo de financiación climática.
Las cumbres de la ONU sobre el clima han crecido en tamaño en los últimos años, con la asistencia de miles de grupos de presión y representantes empresariales, además de las delegaciones gubernamentales. Aproximadamente 84,000 personas asistieron a la cumbre COP28 del año pasado en Dubai, lo que generó críticas de los activistas después de que más de 2,000 grupos de presión de combustibles fósiles se inscribieran para asistir.
Stiell ha expresado su deseo de reducir el tamaño de las reuniones de la COP en el futuro, priorizando la obtención de resultados sólidos en las negociaciones. Asimismo, ha instado a obtener más financiación para el clima a través del alivio de la deuda, financiación más barata para los países más pobres, nuevas fuentes de financiación internacional, como un impuesto sobre las emisiones del transporte marítimo, y reformas en el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.
«Es hora de cambiar esos dólares», declaró Stiell, refiriéndose a cómo los ministros de finanzas, directores generales, inversores y banqueros del clima y de desarrollo gestionan billones de dólares cada día.
Además, en un año lleno de elecciones en todo el mundo, Stiell advirtió que la acción por el clima a menudo se desliza en las agendas de los gabinetes. Políticos de todo el mundo, desde el candidato republicano Donald Trump en los Estados Unidos hasta los partidos de extrema derecha que aspiran a ganar las próximas elecciones europeas, se han opuesto a las políticas climáticas para atraer a los votantes.