Repunte de brotes del ‘virus de la bofetada’ en Catalunya
Se ha registrado un aumento en los brotes del llamado ‘virus de la bofetada’, también conocido como parvovirus o eritema infeccioso, en Catalunya, con un total de 40 brotes detectados entre el 8 de abril y el 9 de junio de este año. Este virus, cuyo síntoma más visible es el enrojecimiento de las mejillas, ha experimentado un «repunte epidémico» en toda Europa, según datos de la Conselleria de Salut de Catalunya.
El epidemiólogo Daniel López-Acuña explica que este repunte podría ser el resultado de una variación del virus debido a mutaciones, pero no hay una explicación de fondo que ayude a entender por qué esta ocurrencia está sucediendo.
La mayoría de estos brotes se han producido en el ámbito escolar. De los 40 brotes reportados en Catalunya hasta la fecha en 2024, 22 han ocurrido en la educación primaria, 14 en la educación infantil y 3 en guarderías. Sólo se ha notificado un brote en el ámbito familiar.
El ‘virus de la bofetada’: ¿qué es y cómo se propaga?
El ‘virus de la bofetada’, pese a ser altamente contagioso, no es una enfermedad de declaración obligatoria. Salut apunta que los 40 brotes son una cifra «superior» a los notificados en años anteriores, pero no especifica cuánto, ni cuántas personas se han visto afectadas por estos brotes. Afortunadamente, no se han producido complicaciones en las personas afectadas por el virus ni se ha registrado ninguna defunción asociada a este durante el periodo mencionado.
«Más o menos, cada cuatro o cinco años, al final del invierno o principio de la primavera, hay brotes epidémicos de parvovirus», explica Anna Gatell, presidenta de la Societat Catalana de Pediatria. Este virus es conocido como la ‘enfermedad de la bofetada’ porque los niños afectados presentan las mejillas rojas.
Alrededor de los 40 años, la mitad de la población ya tiene anticuerpos contra el parvovirus. Se contagia a través de las gotas de tos, saliva, vasos o cubiertos, y tiene un periodo de incubación que varía desde los 4 o 5 primeros días hasta dos semanas.
Cuando aparece la manifestación cutánea, el virus ya no es contagioso y el niño puede volver a la escuela con normalidad. Sin embargo, es importante que una vez el niño ha sido diagnosticado, se verifique si ha estado en contacto con una mujer embarazada, ya que si esta no tiene anticuerpos contra el parvovirus, podría afectar al feto y tener una enfermedad grave.
«Si la persona infectada está en contacto con alguien con un problema de inmunidad también debe ponerlo en conocimiento. Es un virus que a veces afecta a los glóbulos rojos», explica Gatell, quien insiste en mantener las medidas de higiene como el lavado de manos.
¿Está la sociedad haciendo lo suficiente para prevenir la propagación de este virus altamente contagioso, especialmente en el ámbito escolar? ¿Son suficientes las medidas de higiene existentes para contener los brotes del ‘virus de la bofetada’?