La compraventa de pisos con inquilinos dentro es una práctica muy arraigada en el mercado inmobiliario español, y desde mucho antes de que el movimiento okupa la devolviera al debate público. El dueño de una vivienda puede vender la titularidad de la misma -su nuda propiedad- a un tercero y conservar su uso y disfrute, hasta el fallecimiento o hasta el vencimiento del contrato. Esta fórmula, generalizada tanto en plena burbuja del ladrillo como después de la pandemia -en una sociedad cada vez más envejecida-, permite a los propietarios lograr unos ingresos adicionales para completar su pensión. Mientras, los compradores pueden hacerse con un bien, casi siempre a precios inferiores a los del mercado. Ello facilita su revalorización y la realización de plusvalías en caso de que decida venderlo ya sin el inquilino.
Implicaciones Legales y Financieras
La venta de la nuda propiedad de una vivienda con inquilinos en su interior plantea diversas implicaciones legales y financieras tanto para el vendedor como para el comprador. Desde una perspectiva legal, es fundamental que ambas partes comprendan los derechos y obligaciones que se derivan de este tipo de transacción. El vendedor retiene el derecho de usufructo, lo que le permite seguir viviendo en la propiedad o alquilarla a terceros, mientras que el comprador adquiere la titularidad del bien sin poder disfrutarlo plenamente hasta que se extinga el usufructo.
Desde el punto de vista financiero, la compraventa de propiedades con inquilinos ofrece ciertas ventajas para los compradores. Dado que las propiedades se venden generalmente a un precio reducido en comparación con el mercado, los compradores pueden obtener una rentabilidad significativa si logran adquirir una propiedad que se revalorice con el tiempo. Sin embargo, es crucial considerar los posibles riesgos asociados, como la devaluación de la propiedad o los costos de mantenimiento que el comprador podría tener que asumir antes de tomar posesión completa.
Por otro lado, para los vendedores, esta opción representa una oportunidad de obtener liquidez inmediata sin perder su hogar, lo cual es especialmente atractivo para personas mayores que necesitan complementar sus ingresos de jubilación. Sin embargo, también deben ser conscientes de las implicaciones fiscales que esta venta puede tener, ya que podrían enfrentar impuestos sobre las ganancias de capital, dependiendo de la legislación vigente.
En resumen, la compraventa de pisos con inquilinos en España es un fenómeno que refleja las dinámicas cambiantes del mercado inmobiliario y las necesidades económicas de una población que busca maximizar sus recursos en un entorno cada vez más desafiante. Para más información sobre este tema, puedes visitar El País – Vivienda.
Fuente de la información: ElPeriódico