En un movimiento sin precedentes, las grandes eléctricas han ordenado un cese temporal en la producción de varias centrales nucleares en respuesta al desplome de los precios de la electricidad. Este hecho ocurre en medio de una confrontación con el gobierno por la carga de impuestos y tasas que soportan las plantas nucleares. El mercado mayorista de la electricidad está experimentando precios bajos históricos y se espera que esta tendencia continúe en los próximos días.
En las últimas semanas, los grandes operadores nucleares del país, Iberdrola y Endesa, ya habían comenzado a reducir la producción de los reactores debido a los bajos precios del mercado eléctrico y la gran producción de energía renovable. Ahora, sin embargo, se espera que se produzcan paradas totales de generación en algunas de estas centrales.
Iberdrola ha anunciado que mantendrá sin producción durante varios días las centrales de Cofrentes (Valencia) y Almaraz I (Cáceres) después de no haber conseguido casar los precios con los del mercado mayorista de la electricidad. Fuentes de Iberdrola indican que se procederá con plena seguridad a la maniobra de parada de estas centrales, habiendo notificado a las entidades competentes y al entorno local. Se espera que las centrales no vuelvan a producir en al menos una semana o diez días.
Por otro lado, Endesa también ha enfrentado problemas para ajustar los precios de su central nuclear de Ascó (Tarragona) al mercado eléctrico. Sin embargo, Red Eléctrica de España (REE), gestor del sistema eléctrico español, ha enviado su producción al mercado de restricciones técnicas y no ha permitido a la eléctrica paralizar la actividad de los dos reactores de esta planta por seguridad de suministro para el mercado catalán.
Esta pausa en la producción de las centrales se produce en medio de un enfrentamiento con el gobierno por los impuestos que soportan las nucleares y por la nueva subida que prepara el Ejecutivo. El Ministerio para la Transición Ecológica ha decidido frenar el proceso legal que había lanzado para aplicar una fuerte subida de casi el 40% de la tasa que pagan las nucleares para financiar el coste de desmantelar los reactores y por la gestión de sus residuos.
Las grandes eléctricas propietarias de las centrales, Endesa, Iberdrola, Naturgy y EDP, han presentado duras alegaciones y abierto una batalla legal en el Tribunal Supremo contra el nuevo Plan General de Residuos Radiactivos (PGRR) aprobado por el Ejecutivo y contra su decisión de dar carpetazo definitivo al proyecto de construir un solo almacén nuclear en Villar de Cañas, en Cuenca.
Las nucleares denuncian que todos los impuestos y tasas que ya se aplican les obligan a abonar unos 25 euros por MWh producido (lo que supone entre el 35 y el 40% de los ingresos de las centrales) y con la subida que preparaba el Gobierno de la tasa nuclear se elevaría hasta los 28 euros por MWh (cerca de la mitad de toda la facturación). Según un informe de la consultora PWC, las nucleares se verían obligadas a pagar en total 1.566 millones de euros cada año entre impuestos y la subida de la ‘tasa Enresa’.
Las grandes eléctricas están presionando para lograr una reforma total de los impuestos que pagan las centrales nucleares, con el objetivo de evitar la fuerte subida de la ‘tasa Enresa’ que promueve el Ejecutivo.
Por otro lado, Foro Nuclear reclama que la recaudación millonaria del impuesto sobre la producción de combustible nuclear gastado y residuos no vaya a las arcas públicas generales, sino que se destinen a alimentar el fondo de Enresa con el que se pagará el desmantelamiento de las centrales y la gestión de los residuos nucleares.
Los precios de la electricidad se desploman y ahora marcan récords a la baja por el boom de la producción de renovables. El mercado mayorista de la electricidad, en el que eléctricas y traders compran y venden la energía que se consumirá al día siguiente, está experimentando un hundimiento en los precios que no se había visto en mucho tiempo.
La expansión de las renovables en el mercado español y su cada vez mayor peso en el mix de producción de electricidad nacional no sólo supone un avance ambiental hacia la descarbonización de la economía, también lo es por su impacto para reducir el precio de la energía. Sin embargo, el desplome de la cotización y la proliferación de los precios a cero euros ha hecho saltar las alarmas en el sector eléctrico.