Recortes del Institut Català de la Salut: Impacto en los principales hospitales y centros de atención primaria
Los recortes de verano realizados por el Institut Català de la Salut (ICS) están creando un impacto significativo en sus principales hospitales, especialmente en Vall d’Hebron, el hospital más grande de Catalunya, que se ve obligado a cerrar hasta 300 camas. Aun más preocupante es el efecto que estos recortes tienen sobre los centros de atención primaria (CAP) en la provincia de Barcelona.
Estos centros, que son un pilar esencial en la estructura sanitaria de Catalunya, se enfrentan a la imposibilidad de contratar personal sustituto para cubrir las vacaciones de verano, ni renovar contratos eventuales. EL PERIÓDICO ha tenido la oportunidad de conversar, bajo condición de anonimato, con tres enfermeras de tres CAP diferentes en Barcelona, quienes recibieron una notificación inesperada del ICS: no se les renovaría el contrato para trabajar este verano.
El impacto de los recortes en los CAP y las enfermeras
Una de las enfermeras, a la que llamaremos Paula para proteger su identidad, ha estado trabajando en el CAP desde noviembre de 2022. Al entrar en el ordenador un viernes por la mañana, se dio cuenta de que su agenda había sido cerrada para la semana siguiente. La dirección de su centro le informó que al ICS le «falta dinero» y que «no se puede contratar a nadie». Este fue un golpe para Paula, quien había contado con trabajar durante el verano y ya tenía el horario programado.
Paula sostiene que esta situación afecta tanto a sus compañeros de trabajo como a los pacientes. Los compañeros de Paula en el CAP están «sorprendidos» y preocupados sobre cómo afectará a sus vacaciones su inesperada salida. Para los pacientes, los más afectados serán los enfermos crónicos, ya que necesitan un seguimiento más regular de su estado de salud. Para los demás pacientes, se alargarán las listas de espera.
El impacto en los pacientes y la calidad del servicio
Según Paula, los pacientes que acudan a las urgencias de los CAP tendrán que esperar más tiempo y la enfermera de turno tendrá el doble de trabajo. «Se perderá la continuidad médica: los pacientes a los que haya que curarles una herida cada día serán atendidos por alguien diferente», explica Paula.
Una segunda enfermera, a la que llamaremos Raquel, también compartió su experiencia con EL PERIÓDICO. Raquel creía que trabajaría en su centro de salud todo el verano, pero a finales de mayo le comunicaron que el ICS había detenido las contrataciones del personal eventual.
Raquel sostiene que la falta de personal tendrá graves repercusiones en la calidad del servicio prestado por los CAP. «Solo se podrán cubrir las urgencias y hacer curas [de heridas] y los controles del sintrom [el tratamiento anticoagulante para pacientes con riesgo de trombos], como mucho», explica Raquel.
La precariedad laboral y el abandono del sector público
Además de las dificultades a las que se enfrentan los pacientes, estas enfermeras también denuncian la precariedad laboral que sufren. Judith, otra enfermera entrevistada, siente que el sistema no la valora y que está generando una gran desconfianza entre los pacientes. «Es ilógico contratar enfermeras meses antes para luego despedirlas. Mareas al paciente y al trabajador», afirma Judith.
Ignacio Montoya, el secretario general autonómico del sindicato Satse, denuncia que la «afectación principal» de los recortes del ICS recae en las enfermeras. «Como médicos no hay, la que muchas veces hace tareas de medicina es la enfermera», dice Montoya.
Las enfermeras son esenciales para el buen funcionamiento del sistema de salud. Sin embargo, los recortes en el ICS están dificultando su labor, afectando la calidad del servicio y poniendo en peligro la salud de los pacientes. En última instancia, esto podría llevar a más personas a abandonar el sector público y buscar oportunidades en el sector privado, lo que podría debilitar aún más el sistema de salud público.