El prodigio Nico Williams pone a España en la cima y deja a Italia en la lona en UEFA EURO 2024
En un partido emocionante y lleno de acción, el prodigio del futbol Nico Williams logró catapultar a la Roja a la cima, dejando a Italia en la lona. Este joven extremo del Athletic Bilbao demostró ser una fuerza imparable al mantener al equipo italiano en jaque durante todo el partido. Su habilidad y destreza en la cancha fueron el sello distintivo de un equipo español sólido, creativo y dominante. A pesar de las múltiples ocasiones de gol, el gol nunca llegó y dejó al equipo transalpino bloqueado, sin concederles ninguna oportunidad.
El equipo español garantiza el primer puesto del grupo
El gol llegó gracias a un tropezón de Calafiori. Como era de esperar, la jugada fue iniciada por Nico Williams, quien ha demostrado un gran desempeño en el torneo a sus modestos 21 años. De esta manera, el equipo español se asegura el primer puesto del grupo, convirtiéndose en una España de octavos. Esto le brinda la oportunidad de tomarse un respiro el próximo lunes ante Albania, donde no estará Rodri, quien se ganó una tarjeta liberadora que le supondrá sanción.
El fútbol puede ser muy caprichoso. A pesar de la mayor ofensiva de España en comparación con el partido contra Croacia, el gol se le negó una y otra vez. Un equipo español con muchos registros, que ahora es menos monótono que en tiempos recientes. Ahora, con una banda sonora que se distingue por dos jóvenes atrevidos y subversivos.
Italia sufre bajo el asedio de la Roja
La Roja demostró tener alas y Italia sufrió mucho bajo su asedio. Di Lorenzo fue el que más sufrió el tormento de Nico Williams, quien resultó ser un verdadero desafío en cada duelo. En el otro extremo, Lamine también demostró ser un desafío, aunque fue más contenido por Dimarco y Pellegrini. El partido no era pendular, era España contra Donnarumma, quien estaba muy inspirado. Los constantes ataques en el territorio italiano dejaron a los defensores de Luciano Spalletti muy ocupados, aunque no siempre eficaces.
Los jóvenes del equipo de Luis de la Fuente exploraban rutas imprevistas, como cuando Morata asistió a Nico, cuyo remate se fue por una falange. Poco después, Lamine pidió turno, dejó atrás a cualquier italiano que se cruzara en su camino y el tiro de Morata fue desviado por Donnarumma con los pies.
El dominio de España en el juego
Nadie cuida mejor a Nico y Lamine que Rodri, quien es como un dispensador de agua para todos. Un jugador con una visión ilustrada del juego. Bajo su dirección, el juego tiene muchas direcciones, ya sea en corto o en largo, en horizontal o en vertical. Y bien que le secunda Fabián. Con ambos, además, España tiene una amenaza exterior, porque no les falta metralla cuando disparan desde el horizonte. Solo una añoranza en la Roja, Pedri, infrecuente e irregular en el primer tramo, más activo tras el intermedio.
Cucurella, un jabato en la defensa
Con Italia en la cuerda floja, la selección española apenas concedió una oportunidad, ya al borde del descanso, con un tiro al graderío de Chiesa. Un Chiesa cautivo de Cucurella, que una vez más demostró ser un jabato como defensor y con piernas para tocar la corneta en ataque. El equipo italiano no carece de movimiento, pero tiene demasiados jugadores a granel. Defienden con abnegación, pero más allá de Barella no tienen faros. Y el ataque queda supeditado a Scamacca, un delantero grúa, que se mueve mejor de espaldas a la portería que con la red a la vista.
La segunda mitad fue una réplica de la primera. Italia estrujada, España insistente, voraz en la presión en campo ajeno. La pelota era un artefacto para los italianos, siempre en las cuerdas. A la Roja solo el gol, tan maldito a veces, le era esquivo. La batería de ocasiones era considerable, tanto por tierra como por aire. Y una preocupación: desde el paleolítico, a Italia le va como a nadie el papel de resistente. Incluso en su versión más chata, Italia es capaz de dar puntillas inopinadas aunque no haya chapoteado siquiera en la meta contraria. Con la «azzurra», siempre conviene estar en vilo.
El gol de España llega gracias a un accidente
En el fútbol, no hay reglas fijas, y el gol de España llegó gracias a un accidente de Calafiori. Nico, siempre Nico, hizo la enésima diablura. Su centro fue rozado por Morata, acariciado por Donnarumma y el desvío rebotó en la rodilla del defensor del Bolonia. Un gol un poco tosco, después de casi una hora esperando en la sala de espera del gol, con oportunidades variadas, algunas de ellas articuladas de manera muy elegante.
A España le faltaba cerrar el partido. Y Nico, el jugador del día, estuvo a punto de hacerlo. Su trallazo reventó la escuadra izquierda de Donnarumma. Antes, también a Pedri se le escapó el gol tras otra estupenda aventura de Cucurella. De la Fuente ha acercado a Pedri al gol, y tiene instinto para aparecer, pero no es un chacal.
El final angustioso y la glorificación de Nico
El seleccionador español intervino y retiró a Pedri y Lamine en favor de Baena y Ferran. Más frescura. También Spalletti agitó el equipo, pero nadie logró dar con una Italia expansiva hasta que en los últimos minutos España reculó y la pelota se le hizo más borrosa. Ayoze no pudo con Donnarumma y la Roja se vio ante un final angustioso. Hasta que finalmente cerró un partido que glorificó a Nico y subrayó las expectativas españolas. La Roja tiene un buen aspecto.