Un niño en el 'testero' de un tranvía.

La interacción eterna entre la ciudad de Barcelona y el FC Barcelona ha sido una relación intensa, profunda y con un entendimiento ininterrumpido desde los albores de su existencia. Imposible es trazar la historia de uno sin mencionar al otro. Esta relación se extiende más allá de la historia cultural y social, y se entrelaza con la evolución de los servicios de transporte público de la ciudad y los diferentes estadios donde el club ha jugado a lo largo de las temporadas.

Durante la década de 1930, una relación de amor-odio se forjó entre los tranvías de Barcelona y los aficionados que intentaban llegar al primer gran estadio del FC Barcelona, Les Corts. Esta relación ha evolucionado con el tiempo y ha definido la dinámica actual entre un servicio de transporte público ampliado y un mega estadio con capacidad para casi 100.000 personas.

Joan Termes, un entusiasta de los tranvías de 83 años que ha escrito varios libros sobre la historia del transporte público, explica cómo los aficionados solían apretarse en los tranvías, pagando poco más de una peseta para llegar al estadio. Los tranvías estaban especialmente destinados para los días de partido, con un cartel que decía “Fútbol” visible desde el exterior.

Los tranvías solían estar tan llenos de personas que muchos aficionados terminaban colgados de los estribos. Historias como la de Xavier Martí, un aficionado del club, cuyo abuelo perdió un dedo del pie al ir colgado de los estribos, son un testimonio de la intensidad de esa época.

A pesar de que el servicio de tranvía se ampliaba desde el mediodía hasta un par de horas después del final del partido, nunca fue suficiente para transportar a los 30.000 a 60.000 aficionados que podía albergar el estadio. Las quejas de los aficionados sobre los accesos insuficientes e incómodos al campo se extendieron al transporte público, que era igualmente insuficiente.

Con la inauguración del Camp Nou en 1957, comenzaron a desarrollarse formas alternativas de llegar al campo. Los avances fueron lentos y a principios de los años 60, los aficionados seguían viviendo toda una odisea para acceder al estadio.

La falta de urbanización de los alrededores del Camp Nou complicó este proceso. Sin embargo, con el tiempo, y la llegada del servicio de Metro a los alrededores, se completó un proceso de diversificación que facilitó bastante el acceso al estadio.

Actualmente, los aficionados pueden llegar al Camp Nou de muchas maneras, desde la parada de tranvía de Avinguda de Xil·le, o en metro desde las paradas de Badal, Collblanc o Palau Reial. Sin embargo, el problema actual parece ser los vehículos privados, especialmente las motos, que se acumulan en los alrededores del estadio en días de partido.

Aún así, con el inminente regreso del primer equipo del Barça al Spotify Camp Nou desde Montjuïc en noviembre, se plantean nuevas preguntas. Especialmente, sobre cómo se solucionarán los inevitables colapsos de vehículos privados en las inmediaciones del estadio en días de partido o las aglomeraciones de aficionados en los transportes públicos.