Andá pallá Bobo by Emilio Pérez de Rozas

El ‘caso Xavi’: Un Despropósito en el FC Barcelona

El ‘caso Xavi’ en el FC Barcelona es una prueba contundente de la falta de liderazgo en el club. Las circunstancias que han seguido a la presentación de su dimisión en diferido por parte del técnico de Terrassa son un completo despropósito.

Desde el primer día, Joan Laporta, el presidente del club, no estaba a favor de que Xavi tomara las riendas del equipo. Sin embargo, debido a la presión de las circunstancias, el mito y su amigo Alejandro Echevarría, cedió. Con el transcurso de los meses, se ha ido arrepintiendo de su decisión, pero sorprendentemente se doblegó ante la leyenda y aceptó esta desastrosa dimisión.

El club ha demostrado una incapacidad para encontrar un reemplazo o tener un ‘plan B’. ¿Qué hace exactamente Deco? La confusión reina en todos los niveles de la institución, la falta de planificación es evidente, y la falta de profesionalismo palpable. Además, la imposibilidad de acudir al mercado con dinero o posibilidades de fichar a otro técnico es preocupante. No se puede ignorar la desconfianza que existe en Rafa Márquez, que sirve como paraguas pero no como titular del banquillo grande.

En medio de este caos, Laporta orquestó una conferencia de prensa desproporcionada y grotesca, llena de emoción y lágrimas. Uno esperaría que el Barça estuviera presentando al mismísimo Kylian Mbappé, pero simplemente estaban confirmando a un entrenador que ya tenía contrato en vigor.

¿Era necesario tanto alarde para algo tan simple? O peor aún, ¿por qué estaba tan apurado el Barça, por qué estaba tan apurado Laporta, para ratificar a un entrenador que estaba golpeado y entregado? Ellos mismos habían establecido que las notas se daban al final del curso, ¿por qué la prisa? Todo esto parece una escena sacada de las épocas turbulentas de José Luis Núñez y/o Joan Gaspart.

El escudo del presidente ha volado por los aires, antes de la gran tormenta que puede llegar si el Barça no acaba segundo. Viendo lo visto (y la eficacia, moral y determinación del Girona), esto es perfectamente posible, muy real.

La confirmación precipitada de Xavi es un error de la directiva, que dijo que no lo querían y se quedó. Es un desastre a nivel presidencial, pues su corazonada era descartar al técnico, pero le empujó su cuñado. Es un despropósito a nivel deportivo, pues ya se han perdido los cuatro títulos. Es un desconcierto a nivel estratégico porque no había prisa alguna en reforzar al ‘mister’. Y es, sobre todo, un ridículo a nivel comunicativo, pues la escenificación, repito, era como si hubiese regresado Leo Messi.

Es muy difícil pensar que si Xavi no consigue remontar hasta la segunda posición pueda mantenerse en el cargo, a pesar de su insistencia en que “no habrá debate sobre mi continuidad”. El tiempo de Xavi, ya pasó. Ahora le toca a la directiva, bueno, la directiva ya dijo que no lo quería. Le toca, pues, al presidente.

Si el Barça de Xavi no acaba segundo, al margen de perder los 8 millones del premio global por participar y ganar la Supercopa de España, habrá completado una de las peores temporadas de la historia del ‘més que un club’, justo entrando en el año de su 125 aniversario.

Hay quienes defienden que Laporta empieza a culpar más a la plantilla que al técnico, pero eso es falso. Los gritos de indignación en la trastienda del palco de Montilivi iban dirigidos a todo el vestuario, a esa familia tan unida de la que siempre habla Xavi.

Hay quienes piensan que Laporta se reprimirá a la hora de despedir a Xavi porque, después de no aceptarle la dimisión, ahora sí debería pagarle, a él y a su cuantioso ‘staff’, las fichas de la próxima temporada. Hay quien cree que Laporta no se atreverá a despedir al entrenador porque no puede pasar a la historia como el presidente que defenestró a tres mitos barcelonistas: Leo Messi, Ronald Koeman, el hombre gol de Wembley, y Xavi Hernández.

Y hay quien piensa, pero, conociendo a Joan Laporta, eso sí parece un gran despropósito, que el presidente y su junta, antes de despedir a Xavi por la pésima campaña y la pérdida del segundo puesto de LaLiga, deberían presentar su dimisión. Y, eso, dado el servilismo con el que se comportan los actuales directivos del Barça, más comparsas que otra cosa, resulta realmente impensable. Esta última posibilidad es un brindis al sol.