La fachada de las cavas Freixenet, en Sant Sadurní d'Anoia

En una dramática vuelta de acontecimientos, la sequía que se cierne sobre la región vitivinícola de Cataluña ha llevado a Henkell Freixenet, el vicepresidente del grupo, Pedro Ferrer, a advertir que la demanda de cava puede no ser satisfecha en 2024. Este temor ha llevado a la compañía a tomar medidas drásticas al presentar un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), que afectará a 615 trabajadores, es decir, al 80% de sus 778 empleados.

La propuesta afectará a los empleados de Freixenet S.A. y Segura Viudas S.A.U., pero no a los de Comercial Grup Freixenet, la tercera empresa del conglomerado catalán. La medida ahora debe ser negociada con los representantes de los trabajadores y aprobada por el Departament d’Empresa i Treball de la Generalitat de Catalunya. Si sigue adelante, el mecanismo se activará en mayo y su intensidad variará en función de la época del año y cómo evolucione la situación de sequía.

El ERTE se popularizó durante la crisis del Covid-19 y permite que los trabajadores trabajen menos horas o que sus contratos sean suspendidos temporalmente. Fuentes de Freixenet aseguran que los detalles específicos de cómo se aplicará en su caso aún están siendo discutidos y dependerán de las distintas áreas de la empresa.

Según la empresa, el ERTE es un ejercicio de responsabilidad con el objetivo de garantizar la operatividad del negocio y preservar el empleo en el contexto de la grave sequía. En un comunicado, la empresa afirmó que la intención no es presentar un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) convencional, que resultaría en el despido de trabajadores, sino proteger la empleabilidad de la empresa.

El ERTE es una medida excepcional en el actual contexto de crisis provocada por la falta de materia prima debido a la sequía que ha afectado al sector desde 2021, con especial afectación en 2023 en la zona de El Penedés.

La Denominación de Origen (DO) Cava informa que durante la última cosecha se recolectó un 40% menos de materia prima que en 2021, un número que es casi diez puntos peor que el promedio de España. De hecho, Freixenet afirma que de la zona del Penedès salió un 45% menos de uva que antes. El presidente del consejo regulador del cava, Javier Pagés, advirtió hace unas semanas que la empresa está haciendo todo lo posible para mitigar los efectos climáticos y la escasez de producto.

La decisión de Freixenet, que representa casi la mitad de las ventas del sector del cava, resalta la dimensión del problema. La demanda mundial de cava está en auge y la incapacidad de producir suficientes botellas para satisfacerla a corto plazo crea una situación complicada en todos los niveles. Aunque Freixenet forma parte de una multinacional alemana desde que se alió con Henkell en 2018, está atada a las normas del consejo regulador del cava, lo que significa que debe trabajar con ciertas cantidades de uva procedente de Cataluña. Ahora, tanto la plantilla como la Generalitat deben validar su propuesta.

Por Daniel