La Fira de Barcelona, ubicada en l’Hospitalet de Llobregat, es el escenario de una feria de alimentación que se centra exclusivamente en el producto marino: la Seafood Expo Global. Esta feria, de tamaño más reducido que Alimentaria, pero con una ambición comparable, es organizada por Diversified Communications y se espera que tenga un impacto económico de hasta 150 millones de euros en la ciudad.
La Seafood Expo Global se inauguró con la participación de 2.240 expositores, procedentes de 87 países y con casi 70 zonas dedicadas a mercados exclusivos. Este enfoque distingue esta feria de otras, donde las compañías más grandes suelen acaparar el protagonismo. Aquí, son los países los que cobran mayor relevancia, trayendo consigo una serie de empresas con sede en sus respectivas fronteras para que hagan negocio.
Entre los países presentes en la exposición se encuentran Dinamarca, Noruega, Grecia, las Islas Feroe, Escocia, Túnez, Croacia, Islandia, Francia (que se estrena este año con un espacio de este calibre), Chile, Ecuador, Alaska y Vietnam. Todos ellos presentaron sus productos marinos, tales como pescados, gambas, langostinos, sepias, calamares, pulpos, cangrejos, entre otros, expuestos en grandes congeladores, uno de los elementos más característicos de este evento.
La feria se extiende sobre una superficie de 51.200 metros cuadrados, un 4% más que en la edición anterior. El objetivo principal de este encuentro es hacer negocio. «La mayoría de expositores ya tienen sus agendas cerradas y los visitantes ya saben a quién vienen a ver», comenta un buen conocedor del evento.
La Generalitat de Catalunya y Prodeca, la empresa pública que se encarga de apoyar la internacionalización de la empresa agroalimentaria catalana, confirman que las empresas que acuden con ellos tienen un interés comercial internacional y buscan crecer fuera de casa.
El congreso se centrará en dos ejes principales: la necesidad de recuperar al consumidor y la sostenibilidad. «El consumo de pescado se reduce, es una tendencia general, y esta es una preocupación que se palpará en la feria», reflexionan desde la dirección general de política marítima y pesca sostenible dentro de la conselleria de Acció Climàtica, Alimentació i Agenda Rural.
Por otro lado, la sostenibilidad es un tema crucial en esta industria. La empresa Balfegó, líder mundial en el campo del atún rojo, se enorgullece de su condición de empresa B Corp y de sus sistemas de trazabilidad para garantizar sostenibilidad, transparencia, seguridad alimentaria y cumplimiento regulatorio.
No obstante, la industria deberá enfrentarse a los problemas que el cambio climático traerá. El calentamiento global está cambiando completamente el hábitat marino y las zonas donde viven unas y otras especies, lo que podría incrementar los conflictos geopolíticos, generar pérdidas masivas para las empresas y dificultar el mantenimiento de una alimentación saludable y nutritiva.
A pesar de las tendencias en otras áreas de la industria alimentaria, el producto ‘plant-based’, aquel que emula ser pescado pero que en realidad está hecho con proteína vegetal, no parece haber calado en el sector marino. «Lo que se lleva ahora en este sector es la frescura, el ‘directo del mar’», explican desde Prodeca.