La extinción de la humanidad es una posibilidad que aparece en discusiones científicas y filosóficas. Aunque pueda parecer un tema reservado para la ciencia ficción, los investigadores están estudiando activamente las posibles formas en que la vida en la Tierra podría llegar a su fin. Un estudio reciente de la Universidad de Bristol en el Reino Unido ha presentado un escenario preocupante para el futuro lejano de nuestro planeta, uno dominado por el calentamiento global y el calor extremo.
De acuerdo con el pronóstico científico de los investigadores, la humanidad y otros animales podrían enfrentar condiciones de supervivencia difíciles dentro de 250 millones de años debido al calentamiento global. En ese tiempo, los continentes habrán cambiado su configuración actual y se habrán reunido en uno solo, con muy pocas áreas habitables.
Para llevar a cabo su investigación, los científicos utilizaron un superordenador para simular el clima de la Tierra en este futuro lejano. Consideraron una serie de factores que afectarán la temperatura del planeta, como el aumento de la radiación solar, las masivas erupciones volcánicas y el cambio climático causado por el hombre.
El resultado de estas simulaciones es un panorama bastante desolador: un planeta muy caliente y seco, con temperaturas que alcanzan los 70 grados Celsius y una grave escasez de agua y alimentos. Este calor extremo se debe en gran medida al aumento de la radiación solar y a las erupciones volcánicas, que liberarán grandes cantidades de dióxido de carbono en la atmósfera, contribuyendo aún más al calentamiento global.
Además, los científicos predicen la formación de un nuevo supercontinente, llamado Pangea Ultima, a partir de la reunión de todos los continentes del mundo debido a los procesos tectónicos. Este supercontinente estará ubicado principalmente en los trópicos, donde el calor y la humedad serán más intensos.
Aunque los humanos y otros mamíferos han logrado adaptarse a condiciones climáticas extremas en el pasado, su tolerancia al calor no ha evolucionado de la misma manera. Esto los hace vulnerables a un calor excesivo y prolongado, según los investigadores.
Alexander Farnsworth, el autor principal del estudio, advierte que el aumento de la temperatura del sol y de los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera creará un ambiente inhóspito, sin recursos de alimentos ni agua para los mamíferos. Sus hallazgos, publicados en la revista ‘Nature Geoscience’, indican que las temperaturas superarán los 50 grados Celsius y la habitabilidad del planeta será muy baja debido a los altos niveles de humedad.
En este futuro lejano, se espera que los humanos y muchas otras especies mueran debido a su incapacidad para enfriarse mediante el sudor. Según las proyecciones del estudio, solo entre el 8% y el 16% de la Tierra será habitable para los mamíferos dentro de 250 millones de años. Estos reductos habitables estarán limitados prácticamente a las zonas más cercanas a los polos.
Frente a este panorama desalentador, Eunice Lo, una investigadora en Cambio Climático y Salud de la Universidad de Bristol, destaca la importancia de reducir las emisiones de carbono lo antes posible. El calor extremo ya es una amenaza para la salud humana en la actualidad, y solo se espera que empeore en el futuro si no se toman medidas.
Este estudio es uno de los primeros en utilizar modelos climáticos para estimar las tendencias de temperatura, viento, lluvia y humedad en el futuro supercontinente de Pangea Ultima. Los niveles de dióxido de carbono podrían duplicarse en comparación con los niveles actuales, y con un sol más brillante y caliente, se espera que las temperaturas aumenten significativamente, oscilando entre 40 y 70 grados Celsius en muchas regiones del planeta.
Otro estudio reciente ha revelado que el cambio climático provocará 1.000 millones de muertes en la Tierra durante el próximo siglo. Los científicos llegaron a esta conclusión tras aplicar la ‘regla de las 1.000 toneladas de carbono’, según la cual cada mil toneladas emitidas a la atmósfera provoca una muerte. Por lo tanto, instaron a cesar inmediatamente con la extracción y consumo de petróleo, gas y carbón.
Estos estudios nos recuerdan la importancia de abordar el cambio climático y reducir nuestras emisiones de carbono. Aunque las predicciones a 250 millones de años pueden parecer lejanas, el impacto de nuestras acciones actuales tiene consecuencias duraderas y potencialmente devastadoras para nuestro planeta.