El Primero de Mayo, Día Internacional del Trabajador, se convirtió en una plataforma para miles de personas que tomaron las calles de Via Laietana en Barcelona para protestar y demandar la reducción de la jornada laboral. Bajo el lema «Trabajar menos, cobrar lo mismo y vivir mejor», los sindicatos Comisiones Obreras (CCOO) y la Unión General de Trabajadores (UGT) aglutinaron entre 5.000 y 10.000 personas, según las estimaciones de la Guardia Urbana y los propios sindicatos respectivamente.
Esta ha sido la manifestación más multitudinaria desde la irrupción del COVID-19, doblando las cifras de participación del año pasado. Se percibe un cambio de actitud en los sindicatos, que han pasado de lamentar la pérdida de derechos laborales a manos del Partido Popular (PP) a celebrar los avances logrados bajo el actual Gobierno.
Uno de los logros más destacados de CCOO y UGT ha sido la implementación de una nueva reforma laboral, que ha logrado reducir los índices de temporalidad a estándares europeos. Además, el salario mínimo interprofesional ha experimentado un incremento de más del 50% desde que Pedro Sánchez asumió la presidencia.
No obstante, los sindicatos también reconocen que todavía hay mucho camino por recorrer. A pesar de haber conseguido igualar la media europea en términos de temporalidad, España sigue siendo líder en desempleo con un 12,3% a nivel nacional y un 9,5% en Cataluña. Ambas cifras están muy por encima del promedio de la Unión Europea, que se sitúa en el 6%, y de países como Alemania, que cuenta con una tasa de desempleo del 3%.
El secretario general de CCOO de Catalunya, Javier Pacheco, resumió la situación actual diciendo: «Estamos mejor de lo que estábamos, pero no lo suficientemente bien». Entre las reivindicaciones más escuchadas durante la manifestación se encontraban el fin del «genocidio» que Israel está cometiendo en Gaza, la defensa de las pensiones y, por supuesto, la reducción de la jornada laboral.
En medio de la campaña electoral para las próximas elecciones al Parlament de Catalunya, la manifestación atrajo a varios políticos, incluyendo a los cabezas de lista de PSC, ERC y Comuns, quienes aprovecharon la ocasión para solicitar el voto de los manifestantes.
Uno de los temas más destacados de la manifestación fue la reducción de la jornada laboral. Según los sindicatos, esta medida no solo permitiría a los trabajadores disfrutar de más tiempo libre, sino que también implicaría un incremento salarial de facto del 6,6% al cobrar lo mismo por trabajar menos. Además, la reducción de la jornada laboral obligaría a las empresas a contratar a más personal para cubrir las mismas horas de trabajo, lo que contribuiría a reducir los niveles de desempleo.
Las próximas elecciones también tuvieron un peso protagónico en los discursos de los líderes sindicales. Estos instaron a los votantes a optar por opciones progresistas para reforzar la agenda social y frenar a la derecha y la extrema derecha. Además, hicieron un llamado a los partidos catalanes para formar un Govern de «izquierdas», lo cual implicaría que PSC, ERC y Comuns alcancen un acuerdo tras las elecciones del 12 de mayo.