Pub en Londres

El ámbito de la hostelería es, sin duda, uno de los más precarizados en Europa. Esta situación se observa en los principales países del continente, desde Alemania, el motor económico de la Unión Europea (UE), hasta el Reino Unido, que decidió abandonar el bloque. Las regulaciones en este sector son diversas y varían de un país a otro, pero existe una gama de horarios y la posibilidad de extender las jornadas laborales si se justifican los motivos.

En Alemania, no existe un horario de cierre uniforme a nivel nacional para la restauración en los espacios interiores. En las terrazas, el horario de cierre habitual es a las 22.00 horas. La única regla de oro para los locales, incluyendo los bares nocturnos y discotecas, es que deben estar cerrados al menos una hora, generalmente entre las 5 y las 6 de la mañana, para las labores de limpieza.

Cada ‘land’, o estado federado, establece sus propias normas para bares, restaurantes u otros establecimientos donde se sirve comida. En Berlín, ciudad conocida por su vida nocturna, el horario común de cierre de la cocina en los restaurantes es a las 22.00 horas, aunque con numerosas excepciones. Algunos restaurantes incluso sirven comidas durante toda la noche, a excepción de la hora destinada a la limpieza.

En cuanto a la jornada laboral, hay reglas estrictas que no permiten exceder las ocho horas diarias. La restauración es uno de los sectores que más sufre la falta de personal, un problema cada vez más común en la vida pública alemana, desde el comercio o los servicios hasta la gran industria. Es un sector altamente precarizado, donde a menudo se paga por debajo del salario mínimo interprofesional de 12,41 euros la hora, y no siempre se respetan los derechos del trabajador.

El trabajo de camarero o en la cocina fue tradicionalmente una especie de «refugio laboral» para estudiantes o personas que necesitaban un ingreso adicional. Sin embargo, este fenómeno ha ido desapareciendo, ya que incluso este tipo de personal ha emigrado hacia sectores mejor remunerados.

Los dueños de bares y restaurantes con problemas de personal tratan de no extender los horarios de apertura de sus locales más allá de las horas de mayor afluencia de público. Incluso en la capital alemana, donde hasta hace unos años era fácil encontrar donde comer hasta altas horas de la noche, esta oferta ha comenzado a escasear. La última opción para los noctámbulos son los «imbiss» o puestos callejeros de «döner» y otras formas de comida rápida.

Pasando a Italia, tras el fin de las excepcionalidades de la pandemia, se han vuelto a aplicar gran parte de las franjas horarias previamente establecidas para bares y restaurantes. En Roma, por ejemplo, los comercios locales pueden abrir a las 6:00 de la mañana y cerrar a las 2:00 de la madrugada. Sin embargo, es el empresario quien decide libremente los horarios de apertura y cierre que prefiere dentro de esta franja horaria.

En Francia, la jornada laboral está estipulada en 35 horas a la semana. Sin embargo, en la restauración, así como en muchos otros sectores, el tiempo de trabajo semanal suele ser superior. Esto se debe a las horas extras o a los acuerdos sectoriales o de empresa. La jornada máxima diaria en la restauración es de 13 horas o 12 si se trabaja de noche. El límite semanal en este sector puede alcanzar las 48 horas, el máximo permitido por la Unión Europea.

Finalmente, en el Reino Unido, los horarios de apertura y cierre de los restaurantes varían en función del municipio y del tipo de licencia de cada local. Generalmente, los restaurantes suelen abrir entre las 12:00 y las 15:00 al mediodía y entre las 18:00 y las 23:00 por la noche. En el caso de los ‘pubs’, la regulación de los horarios de apertura y cierre también depende de las licencias y de las normativas de las administraciones locales. En ciertas circunstancias excepcionales, el Gobierno británico ha permitido extender los horarios de los establecimientos, como una forma de apoyar a la hostelería tras la pandemia.

Por Daniel