Entrenar los dedos es una parte fundamental de la preparación diaria, pero no es lo único que se debe considerar en el mundo de la escalada. El escalador checo Adam Ondra lo tiene claro: la flexibilidad y la técnica son igual de importantes para alcanzar el máximo potencial. Ondra, reconocido por su dedicación y logros, resalta que la escalada va más allá de la fuerza física; es un auténtico juego mental.
La confianza en uno mismo es crucial en este deporte. Para Ondra, creer que puedes lograrlo es fundamental, incluso cuando las rutas parecen insuperables. Esta confianza no surge de la nada, sino que se construye a través de una preparación intensa y una rica experiencia en diferentes tipos de escalada. Ondra se encuentra entre los pocos escaladores que viven por y para su deporte, una filosofía que lo ha llevado a la cima.
El poder de la mente en la escalada
En el documental ‘Silence’, Ondra explora no solo sus capacidades físicas, sino también las psicológicas, enfatizando lo esencial que es mantener la mente tan fuerte como el cuerpo. ¿Cómo se entrena mente y cuerpo en escalada? La respuesta está en un enfoque integral que combina el entrenamiento físico con técnicas de meditación y visualización. Este enfoque ayuda a los escaladores a mantener la calma y la concentración en situaciones desafiantes.
El entrenamiento físico implica más que solo fortalecer los dedos. Se trata de desarrollar una fuerza equilibrada en todo el cuerpo, mejorando la resistencia y la agilidad. La escalada requiere un movimiento eficiente, por lo que cada entrenamiento está diseñado para mejorar no solo la fuerza sino también la coordinación y la flexibilidad.
Por otro lado, el aspecto mental se cultiva mediante la práctica de la visualización y la meditación. Estos métodos ayudan a los escaladores a preparar su mente para los desafíos que enfrentarán en la roca. La visualización permite a los escaladores imaginar cada movimiento antes de ejecutarlo, mientras que la meditación ayuda a mantener la calma en situaciones de alta presión.
En el mundo de la escalada, cada ruta es un nuevo reto que requiere una estrategia mental clara. Ondra y otros escaladores de élite entrenan su mente para superar el miedo y la duda, confiando en su preparación y en su capacidad para adaptarse a las condiciones cambiantes. La combinación de un cuerpo fuerte y una mente preparada es lo que distingue a los mejores en este deporte.
Para Adam Ondra, la escalada es una forma de vida que requiere dedicación total. Su enfoque en el entrenamiento integral lo ha llevado a ser uno de los escaladores más respetados y exitosos del mundo. Fuente de la información: El Periódico
