Ciudadanos de Portland (EEUU) despavimentando un parque

El Regreso de la Naturaleza a las Ciudades: Despavimentando el Asfalto

Hace unas décadas, la idea de retirar el asfalto y concreto de las ciudades para permitir que la tierra respire y rejuvenezca su biodiversidad parecía extravagante. Sin embargo, este concepto se está volviendo más popular, especialmente en Europa y otras regiones del mundo, debido a su potencial para combatir el calentamiento global.

La presencia de superficies pavimentadas en las ciudades amplifica el calentamiento global, elevando la temperatura en varios grados. Por otro lado, recuperar terrenos naturales refresca las urbes y ayuda a reactivar la biodiversidad. La sostenibilidad y el bienestar de los habitantes de la ciudad es el objetivo de muchos proyectos que están empezando a ejecutarse en ciudades europeas y de todo el mundo.

El Inicio en Portland

La ciudad de Portland, en los Estados Unidos, fue pionera en esta iniciativa. En 2008, se fundó la entidad Depave, formada por un grupo de voluntarios dedicados a reemplazar el pavimento por áreas ajardinadas o, al menos, de superficie natural. El objetivo era permitir que el agua de lluvia fuera absorbida por la tierra para evitar inundaciones.

Además, la despavimentación favorece el crecimiento de plantas silvestres, la plantación de más árboles y la creación de más áreas de sombra y verdor. Esto reduce el efecto ‘isla de calor’ causado por el pavimento artificial.

El movimiento Depave ha completado 75 proyectos en escuelas, iglesias y otros espacios públicos solo en Portland. Sin embargo, también está llegando a las grandes capitales de los EE.UU. Por ejemplo, hace más de diez años, Chicago invirtió 14 millones de dólares para crear «la calle más verde de América».

Despavimentando Europa

Esta tendencia también ha llegado a Europa. En Lovaina, Bélgica, se eliminaron 6.800 metros cuadrados de pavimento en 2023. Aunque es una superficie aún modesta, permitió que 1.7 millones de litros de agua de lluvia fueran absorbidos por la tierra, en lugar de inundar las calles.

«Con el cambio climático, se van a incrementar las tormentas, por lo que despavimentar no es solo algo bonito, es una necesidad», señaló Giuliana Casimirri, directora ejecutiva de Green Venture, una entidad canadiense que trabaja en proyectos de este tipo.

En Francia, el gobierno ha destinado 540 millones de euros a proyectos de ecología urbana, que incluyen la retirada de pavimento y la instalación de techos verdes y jardines verticales.

El Reto Ámsterdam-Rotterdam

En 2021, las dos principales ciudades de Holanda, Ámsterdam y Rotterdam, se enfrentaron en una competencia para ver cuál de las dos podía desmantelar más baldosas de sus vías públicas para reemplazarlas por zonas ajardinadas. Rotterdam ganó con un margen ajustado: 47.942 baldosas retiradas frente a las 46.484 de Ámsterdam.

Este tipo de iniciativas no solo aportan beneficios ambientales, sino que también crean conciencia pública e involucran a los ciudadanos en el cuidado de sus espacios naturales urbanos.

¿Podría esta tendencia de despavimentar ser la respuesta a los desafíos del cambio climático en las ciudades del futuro? ¿Cómo se pueden adaptar otras ciudades a este modelo y qué otros beneficios podría aportar a las comunidades urbanas?