Catalunya se encuentra en un estado de incertidumbre climática. La región ha tenido una semana de abundantes precipitaciones que han logrado aumentar la capacidad de los depósitos de agua catalanes por encima del 20%. Ahora, todas las miradas se centran en lo que sucederá este fin de semana. Se espera que sucedan dos acontecimientos clave: en primer lugar, hay pronósticos de precipitaciones en el noroeste del territorio para el domingo. En segundo lugar, se espera un aumento en las temperaturas en los próximos días, lo que podría acelerar el deshielo de la nieve en los Pirineos.
Si las condiciones son favorables, estos dos factores podrían contribuir a mejorar el estado de los pantanos catalanes, que ya han alcanzado el 23,2% de su capacidad, casi 10 puntos porcentuales más que en marzo. Esto es particularmente relevante porque se espera que el Govern se reúna la semana que viene para decidir si levantar la emergencia por sequía en Catalunya.
Los pronósticos sobre lluvias son aún inciertos. Según los modelos, se espera la llegada de varios frentes durante el fin de semana que podrían aumentar la inestabilidad atmosférica y traer precipitaciones en algunas zonas. El sábado, se espera algún chubasco débil en puntos del Pirineo, especialmente en el extremo norte y el sector occidental. De manera similar, el domingo podría haber precipitaciones débiles en el Pirineo occidental y el cuadrante noroeste. Se espera que las precipitaciones sean de carácter débil o moderado y en algunos casos estén acompañadas de tormenta y granizo. Las lluvias podrían continuar el lunes y extenderse a zonas más amplias.
Los pronósticos coinciden en que habrá un aumento de las temperaturas en todo el territorio catalán en los próximos días. Este sábado, se esperan temperaturas máximas superiores a los 25ºC en varios puntos del interior y del litoral. Este fenómeno podría acelerar el deshielo de la nieve en las montañas catalanas, lo que podría aumentar el caudal de los ríos y arroyos en las cuencas internas de Catalunya. Aunque es difícil calcular el impacto, los más optimistas sugieren que podría ser clave para mejorar el estado de las reservas hídricas catalanas.
Si todo va bien, la combinación de las lluvias y el deshielo podría mejorar de manera significativa el estado de los embalses catalanes. En los últimos dos meses, los pantanos de las cuencas internas han pasado del 14% (la cifra más baja registrada desde el inicio de la sequía en Catalunya) al 22% (la mejor marca registrada en varios meses). Tras cinco días de intensas lluvias que dejaron más de 100 litros por metro cuadrado en varios puntos del territorio, se mejoró aproximadamente un punto porcentual por día. Según el último balance de l’Agència Catalana de l’Aigua, los embalses del sistema Ter-Llobregat, que abastecen a más de 6 millones de habitantes del área de Barcelona y parte de Girona, acumulan 142,14 hectómetros cúbicos y se encuentran al 23,22% de su capacidad.
La próxima semana, se celebrará una reunión de la comisión interdepartamental sobre sequía para decidir si levantar o no el estado de emergencia. Para entonces, se espera que los embalses reflejen el agua recogida durante los episodios de lluvia y se añada la derivada del deshielo. Esto ayudará a evaluar el estado de las reservas de agua, las necesidades de ciertos sectores, como las campañas de riego del sector agrícola que deberían comenzar en las próximas semanas, y los pronósticos de las próximas semanas y meses para ver si se esperan más precipitaciones.
El conseller d’Acció Climàtica, David Mascort, afirmó que se tomarán decisiones basadas en la información completa obtenida la próxima semana. Además, el president de la Generalitat, Pere Aragonès, destacó la importancia de relajar las medidas tan pronto como sea posible, especialmente para aliviar las condiciones de trabajo del sector primario.