Este domingo, 22 de enero, empieza el Año Nuevo Chino 2023 que va a estar representado por un nuevo animal, en un caso así el Conejo de Agua. Los especialistas aguardan que, tras un 2022 muy difícil para las bolsas, este nuevo año sea «mucho más gratificante», conforme se despejan todos y cada uno de los nubarrones que empañaban la economía.
El primero de ellos eran las medidas restrictivas para contener el Covid-19, que China está descartando de manera fulminante. No obstante, asimismo han pesado otras caracteristicas, como los inconvenientes del ámbito inmobiliario o las restricciones regulatorias a las tecnológicas.
«El cambio mucho más destacable este mes es nuestra optimización de perspectivas para la renta variable china y los mercados emergentes, que hemos alto a ‘activos favoritos’«, enseña Mali Chivakul, economista de mercados emergentes en J. Safra Sarasin Sustainable AM. «Esto se origina por la suspensión de las limitaciones contra el Covid en el país que, combinada con una moderación de la regulación en el espacio tecnológico y una reactivación de la actividad constructora, debería conducir a un sólido repunte del desarrollo en 2023«, dice.
Si bien otros especialistas no se detallan tan optimistas, sí es cierto que la enorme mayoría charla de un óptimo año para la renta variable china, por supuesto, mejor que 2022. El MSCI chino ha recuperado cerca del 30% de su valor desde los mínimos de octubre. Aun de este modo, aún se le ve paseo, en tanto que prosigue cotizando mucho más de un 30% bajo sus escenarios relativos de los últimos 10 años.
Marco Mencini, administrador de cartera Senior Equity en Plenisfer Investments SGR, cree que la optimización en el campo sanitario (Covid) y en el inmobiliaria podría sentar las bases para un repunte del desarrollo económico. Según el consenso, este podría pasar del 3% de 2022 al 5% en 2023. Asimismo se estima que la reactivación esté impulsada por el consumo, que, dadas las reaperturas, podría medrar cerca de un 10% en todo el año y, por consiguiente, a un ritmo superior al de 2022.
Todo lo mencionado transporta a que los especialistas reconozcan que hay ocasiones de inversión en China, si bien asimismo informan de los peligros. Diogo Gomes, senior CRM de UBS AM Iberia, enseña que, a primer aspecto, China semeja haberse transformado en un mercado riesgoso en el que invertir gracias a la demografía avejentada, normativas mucho más estrictas, tensiones geopolíticas, políticas Covid equívocas, un campo inmobiliario en una situación dificultosa y un corte mucho más socialista en las políticas. Más allá de ello, asimismo opta por el positivismo. «Pensamos que las ocasiones de inversión activa en un largo plazo semejan proseguir compensando los peligros», dice.
El año del Conejo de Agua llega en un instante en que los inversores chinos aguardan que los rastros de restauración de los mercados a fines de 2022 auguren un futuro mejor. Virginie Maisonneuve, Global CIO Equity, y William Russell, Head of Product Specialists Equity Asia Pacific de Allianz Global Investors, comentan que, con la optimización de las perspectivas en un corto plazo para China, asimismo es oportuno reiterar las ocasiones estratégicas que el país puede representar para los inversores activos con un horizonte en un largo plazo.
«En la última etapa de su transformación, China se enfoca en salvaguardar su prosperidad económica de las tensiones geopolíticas mundiales. Esto incluye un impulso de mayor autosuficiencia, centrándose en sus habilidades y elementos propios, en especial en áreas como el programa, la energía y el suministro de alimentos, íntimamente unidos a la seguridad nacional. China está progresando sus habilidades de fabricación automatizando mucho más procesos y construyendo su industria nacional de semiconductores, que debería favorecerse conforme aumente la demanda enlazada a adelantos como el transporte capaz», señalan.