Es de nuevo esa temporada extraordinaria del año. Tal como los pequeños (y no tan pequeños) de todo el planeta se van a la cama con la ilusión de despertarse con un obsequio bajo el árbol, los inversores asimismo aguardan que Papá Noel deje su huella en las bolsas. Santa Claus tiende a conocer Wall Street y otros parqués bursátiles en los últimos días del año saliente y en los primeros del año entrante, pero, ¿lo va a hacer este año?
James Athey, directivo de inversiones abrdn tiene por supuesto que sí: “El método general del consenso a lo largo de todo el año fué el de venderlo todo. Conforme nos aproximamos en el final del año, asistimos a una reversión completa donde todo se está recobrando”. Según este especialista, los recientes rebotes son “muy indicativos” de una “compresión en un corto plazo” impulsada en un inicio por las señales de una inflación mucho más despacio y la visible moderación del tono de los bancos centrales.
A esta hipótesis se aúna Thomas Hempell, responsable de Mmcro y análisis de mercados de Generali Investments, quien piensa que “los inversores reservados se preocupan perderse el rally acompasado de la renta fija y la renta variable”. Hempell resalta que el buen apunte de inflación estadounidense “animó a los mercados a apreciar un ajuste mucho más drástico de la Fed para finales de 2024, lo que redujo los desempeños estadounidenses y dio a los activos de peligro un nuevo impulso”.
“Aun tras el choque del 13% desde los mínimos de octubre, la tentación de subirse al tren es alta. Pese a los esenciales flujos de entrada en la renta variable, el posicionamiento general del peligro todavía es defensivo, lo que deja margen para un rally continuado”, enseña este especialista, mientras que resalta que los vientos contra el incremento de las ventajas “están a puntito de reducir”.
No obstante, estos y otros investigadores avisan: hay una recesión muy cerca y será inminente. “La situación macroeconómica general no ha mejorado en lo más mínimo tanto como cabría aguardar ante tal ‘rally’”, destaca Jan Bopp, estratega de inversiones sénior en J. Safra Sarasin Sustainable AM, quien piensa que se combinaron 2 causantes: una temporada de desenlaces en las que los márgenes de provecho se sostuvieron pese al fuerte alza de los costos de producción y la caída de los costos de la energía.
No obstante, “la fuerte caída de los costes energéticos puede ser temporal y la presión sobre los márgenes unicamente se va a hacer visible en la próxima temporada de desenlaces”. “Los meses mucho más fríos aún están por venir. Por ende, para la renta variable, el optimismo de hoy frente a las perspectivas de inflación puede ser prematuro”, sentencia.
En este sentido, cabe rememorar que, en los últimos días, los primordiales bancos centrales subieron las clases de interés de referencia y han prometido mucho más levantas más adelante: la Fed, en 50 puntos básicos; el BCE, con una Christine Lagarde mucho más combativa de lo que se espera, en exactamente la misma cantidad; y el Banco de Inglaterra, igual. Según Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, lo esencial no es “el ritmo” al que se generen estas subidas, sino más bien cuál va a ser el “nivel máximo” que alcanzará el valor del dinero y cuánto tiempo deberá mantenerse allí hasta domesticar la inflación. El mercado, no obstante, no semeja obtener el “farol” de Powell.
“La subida de las clases de interés oficiales es dependiente eminentemente de la inflación y la evolución económica. La inflación alcanzará probablemente su punto máximo en las dos zonas en 2023. En Europa, probablemente reducirá mucho más de forma lenta que en EEUU debido al ingrediente del precio de la energía y a unos costes de producción sensiblemente mucho más altos”, enseña Jan Bievig, directivo de inversiones de ODDO BHF.
La firma alemana prosigue “favoreciendo la duración corta en el lado de los bonos” debido al horizonte de subidas de tipos. “A nuestro enteder, aún no llegó el instante de agrandar los vencimientos en las carteras de bonos para favorecerse de las subidas de costes en el momento en que los modelos de interés vuelvan a bajar. Por otro lado, semeja oportuno un incremento selectivo del peligro de crédito en el segmento de nivel de inversión dentro de poco”, añade Viebig.
“Tanto la Reserva Federal como el BCE han subrayado que, en la mitad del fuerte y persistente rebasamiento de la inflación, prosiguen observando el mayor peligro en un ajuste bastante prematuro y no bastante tardío”, resalta, por su lado, Hempell, quien piensa que no va a ser hasta 2023 en el momento en que los desempeños de los bonos del Tesoro estadounidense “simulen bajar claramente, conforme la recesión moderada se vaya realizando ver y la inflación haya emprendido con mayor seguridad una inclinación a la baja”.
En la región del euro, en cambio, Generalli Investments prosigue observando peligros para los “desempeños equilibradamente orientados en alza en un corto plazo por el deterioro del equilibrio entre la oferta y la demanda”. “Los proyectos fiscales para 2023 señalan a una esencial emisión de bonos justo en el momento en que el BCE prepara el endurecimiento cuantitativo (QT). Asimismo proseguimos favoreciendo una sobreponderación en el crédito IG”, agregan.
Por su parte, los especialistas de ODDO BHF se decantan por la renta variable estadounidense en frente de la europea de cara a la Navidad. En este sentido, dan un 85% de posibilidad a que la eurozona entre en recesión, al tiempo que el peligro de que lo lleve a cabo USA es del 60%. “Hoy en día tenemos en cuenta prematuro un nuevo incremento de la cuota de capital”, comentan. “Anteriormente, dió excelente resultados acrecentar la cuota de capital de manera importante solo unos meses antes del final de una recesión”, agregan.
Por su lado, John Butler, estratega macroeconómico en Wellington Management, remarca que si bien las perspectivas de europa se hayan deteriorado, “hay una extensa pluralidad de opciones de desarrollo para el año próximo, con claros peligros a la baja, pero asimismo con probables sorpresas en alza”.
“Las condiciones financieras todavía no son restrictivas y el impulso fiscal en Europa debería proseguir siendo positivo en 2023; seguidamente, prosiguen estando núcleos de demanda y producción amontonada en Europa; y en tercer sitio, el canal de crédito está andando bien por vez primera en mucho más de una década”, concluye.