Como cada lunes, se llena la sala de cine Filmtheater am Friedrichshain, en el berlinés barrio de Pankow. Las entradas están agotadas de antemano y, en la cola de la entrada, los espectadores especulan. «A los dos nos gusta mucho el cine, pero a mí me apetece ver algo de acción y a mi novia le apetece algo más tranquilo, así que venir aquí es el compromiso perfecto», explica Roman, que ha pagado las entradas sin saber qué película van a ver.
Como medio para luchar contra la caída veraniega de visitas a las salas de cine, Friedrichshain ha ideado un producto que consiste básicamente en una película sorpresa. Cada semana se proyecta una nueva película que aún no se ha estrenado en los cines y cuyo título no se da a conocer hasta que el público ha ocupado sus asientos, pertrechado con bebidas y palomitas.
Cuando empieza la película ‘Dìdi‘, la programada para este lunes, hay tantos aplausos como rugidos. La comedia dramática —trata sobre Chris, un chico taiwanés-estadounidense de 13 años en California— ya obtuvo reconocimiento en el Festival de Cine de Sundance y va camino de alcanzar una buena taquilla. Es una película sobre la pubertad, sobre primeros besos y amistades desaconsejables. «Reconozco que yo no hubiera ido al cine a ver esta película concretamente, pero también reconozco que me ha interesado y que me ha gustado verla bastante más de lo que pudiera haber imaginado previamente», dice Roman a la salida del cine. Su novia asegura que había tenido una premonición y que se esperaba algo por el estilo. Y se muestra dispuesta a volver el lunes siguiente. «El evento engancha», confiesa.
Las entradas se compran con antelación en taquilla o a través de la página web, en la que el nombre del director o la directora aparece identificado con un signo de interrogación y se advierte de que «en caso de que la película sea extranjera, será ofrecida en idioma original con subtítulos». «Es excitante, más divertido que lo habitual, que es pasar casi más tiempo buscando y decidiendo qué película vas a ver que sentado en el cine -defiende uno de los acomodadores-, ¿o no es verdad que pierdes tiempo estudiando la cartelera y viendo trailers de películas para al final equivocarte igualmente?». «La película sorpresa entraña una relación de confianza entre el espectador y la sala de cine, similar a la del lector y su librero», define otra espectadora, Lena, asidua al evento, «yo me fío de Filmtheater am Friedrichshain y me dejo sorprender».
Una Experiencia Cinematográfica Diferente
«Algunas personas vienen todos los lunes», dice el encargado de la proyección, Eric Ahrens; «en general, hay más gritos y risas en estas películas del lunes, como hoy, cuando Chris bloquea a su amada en las redes sociales y se lo piensa durante mucho tiempo antes de hacer clic. Alguien ha gritado: ‘¡No lo hagas!’ entre el público. Y eso no pasa habitualmente en las proyecciones normales». Cuenta que en el pasado, cuando era estudiante, iba a menudo con amigos a los **preestrenos** y siempre encontró un atractivo adicional, en comparación con las películas en cartelera. «Y si no te gusta nada la película, pues te vas: los seis euros de entrada se olvidan rápidamente», alega en defensa del componente sorpresa.
La gerencia de la sala confirma que el evento es un éxito y que las entradas se venden al completo con gran antelación. «Si programamos estos preestrenos sorpresa durante el curso, el cine se llena. Pero lo verdaderamente sorprendente es que se siga llenando si los programamos en verano, en unas semanas en las que el público prefiere muy mayoritariamente actividades al aire libre y no nos comemos una rosca», admite un portavoz de la sala.
Esta iniciativa ha generado un ambiente único en el **Filmtheater am Friedrichshain**. Los asistentes no solo disfrutan de una película, sino de una experiencia completa que empieza desde el momento en que compran sus boletos sin saber qué verán. La emoción de lo desconocido ha creado una comunidad de cinéfilos que confían plenamente en la curaduría de la sala de cine. La **película sorpresa** se ha convertido en una tradición semanal que muchos no quieren perderse.
En cada proyección, desde el momento en que se apagan las luces hasta el primer fotograma en pantalla, se siente una energía palpable en la sala. La respuesta del público es más interactiva y emocional, lo que añade una capa adicional de disfrute a la experiencia cinematográfica. La conexión entre los espectadores y la película se vuelve más intensa cuando se descubre el título de la película y su trama, lo que genera una atmósfera de anticipación y emoción compartida.
El éxito de esta propuesta ha llevado a que otros cines en Berlín y en Europa consideren la implementación de un formato similar. La **película sorpresa** no solo atrae a los habituales cinéfilos, sino que también capta la atención de aquellos que buscan una experiencia diferente y emocionante. En un mercado saturado de opciones y donde muchas veces es difícil decidir qué ver, la sorpresa se presenta como una alternativa refrescante y atractiva.
A medida que el formato gana popularidad, también se están viendo efectos positivos en la industria del cine independiente. Películas que quizás no tendrían el mismo impacto en un estreno tradicional están encontrando una audiencia receptiva y entusiasta en estos preestrenos sorpresas. Esto abre nuevas oportunidades para directores y productores que buscan formas innovadoras de llegar a su público.
La apuesta del **Filmtheater am Friedrichshain** por la **película sorpresa** demuestra que, incluso en tiempos de cambios y desafíos para el cine, la creatividad y la innovación pueden revitalizar la experiencia cinematográfica. Al conectar con los espectadores de una manera más personal y emocionante, este cine berlinés ha encontrado una fórmula exitosa para llenar sus salas y mantener vivo el amor por el séptimo arte.