El aumento de los ‘simpa’: una amenaza creciente para la hostelería
En la actualidad, la práctica del ‘simpa’, que consiste en marcharse de un restaurante sin pagar, se ha convertido en un problema cada vez más frecuente en muchos establecimientos. Este comportamiento delictivo está poniendo en riesgo la continuidad de numerosos negocios de hostelería. Los propietarios denuncian que, en muchos casos, los culpables piden grandes cantidades de comida y bebida, acumulando cuentas elevadas que luego no abonan.
En esta dinámica, los estafadores utilizan diversas técnicas para pasar desapercibidos. La última de estas estrategias es la de aparentar ser una familia normal, lo que reduce las sospechas del personal del restaurante. Un ejemplo reciente de esta táctica se ha registrado en el restaurante Adega A Kunka, ubicado en una pequeña localidad de Galicia, donde fueron víctimas de un ‘simpa’ multitudinario que superó los 300 euros.
Un ‘simpa’ de 320 euros en mariscos y vino
Según lo relatado en el programa ‘Y ahora Sonsoles’, el incidente ocurrió cuando 11 personas se acomodaron en dos mesas de la terraza del establecimiento. Entre los comensales había varios menores de 13 y 15 años. Las dos familias pidieron diversas raciones de marisco, incluyendo zamburiñas, pulpo a feira, navajas a la plancha y langostinos. Además, consumieron vino, alcanzando una cuenta total de 320 euros, que nadie pagó.
La ejecución del ‘simpa’ fue meticulosamente planificada. Primero, las mujeres se levantaron con los niños bajo la apariencia de ir a dar un paseo. Este movimiento no generó sospechas entre el personal. Posteriormente, los dos hombres que permanecieron sentados aprovecharon la confusión generada por la multitud para levantarse y correr en direcciones opuestas, sin mirar atrás. Aunque los hosteleros se percataron de la situación y trataron de seguirles, no lograron alcanzarlos.
La falta de sospechas debido a la presencia de niños
Sonsoles Ónega entrevistó a Ángela, una de las propietarias del restaurante Adega A Kunka en A Pobra do Caramiñal, quien todavía se muestra sorprendida por el incidente. Ángela confesó que en ningún momento desconfiaron de este grupo debido a su comportamiento educado y amable: "Al venir con niños y familias, pues no vas a pensar que pasa esto", explicó. Lamentablemente, no es la primera vez que ocurre algo similar en su establecimiento.
El ‘simpa’ tuvo lugar en un día particularmente ajetreado, coincidiendo con las fiestas del pueblo, lo que aumentó la dificultad para detectar y detener a los estafadores. Ángela recordó cómo se desarrollaron los hechos: "Primero se levantaron las mujeres con los niños, para despistar. Al pedirle una mesa las bebidas al camarero, fue cuando se marcharon los hombres".
El responsable del restaurante, entrevistado por La Voz de Galicia, detalló cómo salió corriendo tras los estafadores, sin éxito. "Lo tenían todo perfectamente calculado", indicó, sugiriendo que se trataba de un hurto planeado con antelación.
Enlace externo: Más información sobre el incidente en Adega A Kunka