Con un discurso errático y visiblemente nervioso, Fernando, el padre del detenido por el asesinato de Mateo, el niño de 11 años apuñalado en Mocejón (Toledo), ha aparecido ante los medios delante de su vivienda, la misma que fue registrada el lunes por la noche. Allí, ha afirmado que le han «apedreado la casa», le han rayado el coche con la palabra ‘asesino’, y que ha podido dormir apenas una hora desde que se supo que su primogénito, de 20 años, había cometido el crimen.
«Mi hijo no ha dado problemas nunca», defendía el progenitor, quien confirmaba que su hijo tiene una discapacidad del 75% pero que, no obstante, no toma ninguna medicación. Fernando también ha explicado la situación en el pueblo, en el que el autor del asesinato no residía habitualmente -vivía en Madrid junto con su madre y un hermano menor-, pero donde pasaba largas temporadas. »A mi hijo no lo han acosado, pero no lo han tratado con amor«, ha continuado visiblemente afectado. «Si le hubierais sabido dar amor y no tratarle de ‘tonto loco’ ahora seríais todos niños felices».
La tragedia y el contexto social en Mocejón
Según ha relatado Fernando, su hijo se «paseaba por el pueblo sin problemas desde que era niño», si bien sí que registró un incidente durante el confinamiento por el que tuvo que personarse la Guardia Civil. Un suceso que, según ha relatado, derivó en una «represión tremenda», que ha relacionado con el hecho de que él mismo es «antivacunas» declarado. De hecho, achaca los problemas psíquicos de su hijo a las «vacunas».
El padre ha confirmado que el detenido está siendo bien tratado en los calabozos de Toledo, pero que se siente «totalmente desorientado» y que «con la presión confiesa lo que todos quieren». «Mi hijo tiene que estar paseando por el campo», ha sentenciado.
La Guardia Civil detenía al asesino confeso de Mateo el lunes en una vivienda familiar de Mocejón poco más de treinta horas después del crimen, ocurrido en el campo de fútbol del polideportivo Ángel Tardío.
Con un discurso errático y visiblemente nervioso, Fernando, el padre del detenido por el asesinato de Mateo, un niño de 11 años apuñalado en Mocejón (Toledo), ha aparecido ante los medios delante de su vivienda, la misma que fue registrada el lunes por la noche. Allí, ha afirmado que le han «apedreado la casa», le han rayado el coche con la palabra ‘asesino’, y que ha podido dormir apenas una hora desde que se supo que su primogénito, de 20 años, había cometido el crimen.
«Mi hijo no ha dado problemas nunca», defendía el progenitor, quien confirmaba que su hijo tiene una discapacidad del 75% pero que, no obstante, no toma ninguna medicación. Fernando también ha explicado la situación en el pueblo, en el que el autor del asesinato no residía habitualmente -vivía en Madrid junto con su madre y un hermano menor-, pero donde pasaba largas temporadas. »A mi hijo no lo han acosado, pero no lo han tratado con amor«, ha continuado visiblemente afectado. «Si le hubierais sabido dar amor y no tratarle de ‘tonto loco’ ahora seríais todos niños felices».
La tragedia y el contexto social en Mocejón
Según ha relatado Fernando, su hijo se «paseaba por el pueblo sin problemas desde que era niño», si bien sí que registró un incidente durante el confinamiento por el que tuvo que personarse la Guardia Civil. Un suceso que, según ha relatado, derivó en una «represión tremenda», que ha relacionado con el hecho de que él mismo es «antivacunas» declarado. De hecho, achaca los problemas psíquicos de su hijo a las «vacunas».
El padre ha confirmado que el detenido está siendo bien tratado en los calabozos de Toledo, pero que se siente «totalmente desorientado» y que «con la presión confiesa lo que todos quieren». «Mi hijo tiene que estar paseando por el campo», ha sentenciado.
La Guardia Civil detenía al asesino confeso de Mateo el lunes en una vivienda familiar de Mocejón poco más de treinta horas después del crimen, ocurrido en el campo de fútbol del polideportivo Ángel Tardío.