Las ‘paralelas’ de Hacienda: ¿Una pesadilla fiscal o simplemente un desacuerdo?
El vocabulario fiscal puede resultar intimidante para muchos contribuyentes. Entre los términos más temidos se encuentra las «paralelas de Hacienda«. Estas notificaciones se han ganado su fama por ser, aparentemente, una de las peores noticias que un contribuyente puede recibir. Sin embargo, es importante aclarar que, si bien existen, tal vez no sean tan terribles como se las pintan.
Las paralelas de Hacienda no son más que notificaciones que envía la Agencia Tributaria a un pequeño número de personas. Su finalidad es evidenciar una disparidad entre lo declarado por un contribuyente y los datos fiscales que Hacienda tiene de dicho contribuyente. Por lo tanto, no son una sentencia de culpabilidad, sino un instrumento para detectar inconsistencias en las declaraciones fiscales.
Estas notificaciones suelen llegar tras la conclusión de la campaña ordinaria de la renta. En 2024, por ejemplo, la campaña concluyó el pasado 1 de julio. Por lo tanto, estamos en la época del año en la que los contribuyentes cruzan los dedos con la esperanza de no recibir ninguna notificación de este tipo por parte del organismo recaudatorio.
Proceso de resolución de discrepancias
En el caso de recibir tal notificación, es importante recordar que no es el fin del mundo. Las paralelas de Hacienda se presentan en un formato de dos columnas: en una, están los datos declarados por el contribuyente y, en la otra, los que el organismo público considera correctos. Junto a esto, se presenta una propuesta de resolución de la discrepancia con la que la Agencia Tributaria se dará por satisfecha.
Si el contribuyente acepta esa propuesta, se daría por concluido el pequeño conflicto. Sin embargo, también cabe la posibilidad de no estar de acuerdo. En este caso, el contribuyente cuenta con un plazo de 10 días hábiles para presentar alegaciones y la documentación que considere pertinente para hacer valer su posición. Esto permite un diálogo y la posibilidad de negociar con la Agencia Tributaria, lo que suaviza la percepción de las ‘paralelas’ como una amenaza ineludible.
Tras estudiar estas alegaciones, la AEAT (Agencia Estatal de Administración Tributaria) emitirá una resolución definitiva, que incluirá su correspondiente liquidación. Dicha resolución es vinculante y, a menos que se recurra a la vía judicial, marcará el fin del proceso de revisión.
Por lo tanto, aunque las paralelas de Hacienda puedan parecer intimidantes, son simplemente un mecanismo para garantizar la equidad y precisión en el sistema tributario. Además, el proceso de resolución de discrepancias ofrece a los contribuyentes la oportunidad de presentar su punto de vista y, en caso de desacuerdo, de defender su postura. Con un buen entendimiento del proceso y una adecuada preparación, las ‘paralelas’ no tienen por qué ser una pesadilla fiscal.