el antes y después del «paisaje visual» de la calle Platerías de Valladolid

El hundimiento de la cúpula de la iglesia de la Vera Cruz en Valladolid altera el paisaje y despierta la preocupación por el patrimonio

El miércoles, la calle Platerías en Valladolid presentaba un panorama muy diferente al de hace una semana, incluso al del lunes o martes por la mañana, antes de que se produjera el hundimiento de la cúpula de la iglesia de la Vera Cruz. Durante todo el día, una multitud de vallisoletanos curiosos se acercó para evaluar el estado actual de un templo que es un referente en el corazón del casco histórico de Valladolid. No solo por su historia y por ser el hogar de la cofradía penitencial más antigua de la ciudad, sino también porque alberga algunas de las obras cumbre de la imaginería castellana.

Su majestuosa fachada, desde el mediodía del pasado miércoles, es un poco menos impresionante y pasará mucho tiempo para ver el ‘skyline’ que dibujaba desde hace prácticamente cinco siglos este templo, encajado entre la rúa Oscura y la del Azoguejo, como era antes. De él se ha borrado el elemento arquitectónico que lo acercaba un poco más al cielo desde la segunda mitad del siglo XVII, cuando se amplió y reformó el edificio original, que data del siglo anterior.

La construcción se llevó a cabo siguiendo los trazos de Pedro de Mazuecos el Viejo y el diseño que Diego de Praves, uno de los arquitectos más destacados del clasicismo de esa época, proporcionó para la fachada, en gran parte oculta estos días entre andamios.

Una desgracia inesperada

Todo ocurrió en décimas de segundo, señalaron los obreros el pasado martes. Lo corroboró este miércoles Ignacio Zarandona, concejal de Urbanismo y Vivienda. «Cuando los obreros comenzaron a remover tejas la semana pasada en la zona de la linterna y en la base de la cúpula, se dieron cuenta de que existían mermas en la estructura de madera sobre la que se sustentaba la cúpula. Al realizar las pertinentes catas, alertaron de la situación de la cúpula a la cofradía, que decidió cerrar el templo al culto el lunes para ver el estado real de ese entramado de madera que sostenía el peso de la linterna, sospechando que había un deterioro estructural. Al seguir retirando tejas comprobaron que la madera era en muchos casos prácticamente polvo, ya que estaba afectada por hongos o por humedades de largo plazo que han ido produciendo de una manera silenciosa, y posteriormente se decide montar una línea de vida, un cableado continuo para sujetar a todos los obreros con un arnés para garantizar su seguridad. Es entonces cuando, de repente y sin previo aviso, sucedió la desgracia», ha relatado sobre lo ocurrido en una rueda de prensa en la que no se ha atrevido a fechar el comienzo de los trabajos para la recuperación del templo.

«Con la pérdida de la cúpula, no solo se pierde un elemento patrimonial importante, perdemos además parte del paisaje visual de la calle Platerías», ha denunciado la Asociación por el Patrimonio de Valladolid, que ha pedido que se «depuren responsabilidades». Para esta entidad, Valladolid se ha quedado sin una de sus joyas del siglo XVI ya que, tal y como recoge en el comunicado enviado a los medios, esta vía vallisoletana «representa uno de los conjuntos de arquitectura civil y monumental más armónicos del renacimiento castellano».

Ahora lo que urge es el traslado de las tallas, que se podría producir este mismo fin de semana con destino a la Catedral y la parroquia de San Miguel y San Julián, las dos sedes elegidas por su capacidad. Por lo pronto, a lo largo de este miércoles se han retirado tres toneladas de escombros del interior del templo vallisoletano.

El delegado de Patrimonio del Arzobispado de Valladolid, Jesús García Gallo, que también acudió al templo a primera hora de la mañana para comprobar ‘in situ’ el estado de los bienes que alberga el inmueble, explicó que más allá del polvo, «no se aprecian daños» que afecten a su «integridad», y «en el supuesto hipotético que pudiera haberlos, todo apunta a que puedan ser fácilmente reversibles». Las seis obras que se ha decidido trasladar, de común acuerdo con la hermandad vallisoletana, son cuatro de los trabajos cumbre de Gregorio Fernández -‘Nuestra Madre la Virgen de los Dolores de la Vera Cruz’, ‘El Señor Atado a la Columna’, ‘El Descendimiento’ y ‘Ecce Homo’-, así como ‘Lignum Crucis’ y ‘La Oración del Huerto’.