En los últimos años, España ha experimentado una marcada disminución en la demanda de carne. Las cifras demuestran que el consumo de ciertos tipos de carne, como la ternera, ha disminuido en más del 40% desde 2006. Esta decadencia en la demanda de carne ha sido atribuida a varios factores, incluyendo la creciente preocupación por el medio ambiente, el bienestar animal, los consejos médicos y nutricionales, y el alto costo de la carne.
El sector cárnico en España ha estado lidiando con el estigma asociado a la contaminación medioambiental, agravado por la producción de purines del porcino, las macrogranjas y las emisiones de gases de efecto invernadero de la ganadería vacuna. Además, el sector ha estado luchando con normativas cada vez más estrictas, que han hecho más difícil su operación. Barbara Calvaresi, responsable del sector cárnico en la Asociación Española de Fabricantes y Distribuidores (Aecoc), ha expresado su preocupación por la información errónea que a menudo se difunde sobre la industria.
Aecoc, en colaboración con varias organizaciones de productores y mayoristas de carne en España, está planeando una campaña para revitalizar el consumo de carne. A pesar de las críticas, la carne sigue siendo una fuente esencial de proteínas, es crucial para el desarrollo rural y es un factor para luchar contra la despoblación en el campo. Bajo el lema ‘El sentido de la carne’, la campaña tiene como objetivo alentar al consumidor a no sentirse culpable por consumir carne.
La campaña surge después de una encuesta encargada por Aecoc, que reveló que un 42% de los españoles ha reducido sustancialmente su consumo de carne, principalmente por motivos de salud. Sin embargo, a pesar de esta disminución en el consumo, la encuesta también reveló que la carne sigue siendo la fuente de proteína más importante y de mejor calidad para los consumidores españoles, por encima del pescado y las legumbres. Además, un 62% de los encuestados expresó una gran confianza en la producción de carne en España.
El pollo parece ser el tipo de carne que mejor está sobreviviendo a esta disminución en la demanda, principalmente debido a su asequibilidad. Los productores de pollo han hecho un esfuerzo significativo para diversificar su oferta, apostando por la recuperación de especies autóctonas y sistemas tradicionales de cría.
El cerdo también ha resistido relativamente bien la situación, gracias a su bajo costo y versatilidad en la cocina. La carne de cerdo representa el 30% del consumo total de carnes frescas en España. En cambio, el consumo de ternera ha disminuido casi a la mitad en los últimos 15 años, después de que un grupo de expertos de la OMS relacionó el consumo de carne roja y procesada con el cáncer.
La carne de cordero, que también ha estado perdiendo cuota de mercado durante algún tiempo, ha sido afectada no solo por la información de la OMS, sino también por factores como la menor dedicación a la cocina en los hogares y su sabor más intenso.
Las carnes procesadas, que incluyen principalmente el jamón y los embutidos, han experimentado un retroceso menos pronunciado. De hecho, en los últimos dos años, han recuperado consumidores, según datos del Ministerio de Agricultura y Alimentación.
A pesar de la disminución del consumo interno de carne en España, el sector cárnico sigue siendo uno de los motores de la exportación agroalimentaria del país. En 2020, el sector facturó casi 10.300 millones de euros a través de las exportaciones.