Procesionaria del pino: este es su curioso ciclo de vida

Cataluña ha experimentado recientemente un fenómeno intrigante. Los ciudadanos han notado bolsas blancas en los pinos y cedros de la región. ¿Son rastros de una araña? ¿Un hongo que infecta a nuestros bosques? Las respuestas a estas preguntas no son tan alarmantes. Estas bolsas son creadas por la procesionaria del pino, un insecto autóctono de Cataluña. Su presencia indica que pronto se verá una procesión de orugas avanzando hacia el suelo.

La procesionaria del pino es una polilla o mariposa nocturna con un ciclo de vida complejo. Es un insecto autóctono de Cataluña y solo se hace evidente en los meses de invierno y primavera, cuando se observa su fase de oruga urticante.

El ciclo de vida de la procesionaria del pino comienza con el nacimiento de las arnas. Las pupas, que han pasado el invierno y la primavera enterradas, se transforman en polillas adultas con la llegada de los primeros calores del verano. Estas polillas ponen sus huevos en una especie de membrana cilíndrica que puede parecer de papel.

La eclosión de los huevos ocurre sobre las hojas de la planta huésped, en este caso, principalmente el pino laricio (Pinusnigra) y el pino silvestre (Pinussylvestris). Las orugas se alimentan de las hojas estrechas de estos árboles, conocidas como acículas por su parecido con las agujas.

A medida que las orugas crecen, pasan por cinco estadios distintos, cambiando de color en cada etapa de crecimiento. Comienzan siendo verdes, luego pasan a ser rosadas, después rojizas y finalmente negras con una banda pelosa naranja en el lomo y blancas en los laterales.

La formación de las bolsas es un fenómeno interesante. Las orugas se agrupan en estas bolsas sedosas blancas desde que nacen. Estas bolsas son fundamentales para proteger a las orugas de las bajas temperaturas del invierno. Además, las orugas desarrollan una serie de pelos urticantes para protegerse de los posibles depredadores.

La procesión y entierro de las orugas ocurre con la llegada del buen tiempo. Las orugas descienden de los árboles en una fila india y se entierran a unos 15-20cm de profundidad. Es en esta fase bajo tierra donde desaparecen de nuestra vista. Aquí forman los capullos y entran en fase de dormición hasta que las condiciones sean óptimas para emerger como mariposas durante el verano.

La procesionaria del pino no es considerada una plaga como tal. Su abundancia varía cada año dependiendo de las condiciones ambientales. Sin embargo, con el calentamiento global, las condiciones se están volviendo cada vez más favorables para esta especie, lo que significa un aumento en las emergencias prematuras de las orugas y afectaciones más severas en los pinares.

Pero no todo es negativo. Los efectos de la procesionaria no matan los pinos de forma instantánea. Aunque su presencia puede debilitar a los árboles, estos tienen la capacidad de recuperarse. El problema surge cuando la afectación es sostenida a lo largo de los años, lo que puede hacer que los árboles sean más susceptibles a otros patógenos, heridas o sequías.

La procesionaria del pino es una especie autóctona que ha formado parte de los ecosistemas forestales de nuestro país desde tiempos antiguos y está totalmente integrada en la red trófica. Actúa como alimento para muchos depredadores, incluyendo otros insectos, pájaros insectívoros, murciélagos y pequeños mamíferos.

Existen varios métodos para controlar las poblaciones de procesionaria del pino, incluyendo el control biológico, el control mecánico y el control por feromonas. En casos extremos, las autoridades competentes pueden optar por fumigar los bosques con una bacteria llamada Bacillus thuringiensis var. kurstaki (BTK) para matar a las orugas de procesionaria.

Finalmente, también puedes contribuir en la detección de esta especie en los bosques de Cataluña a través del proyecto de ciencia ciudadana del CREAF, Alerta Forestal. Cualquier usuario puede aportar información sobre el estado de salud de