El verano de las restauraciones de las imágenes de la Semana Santa de Córdoba

La quietud se ha apoderado de las iglesias de Córdoba durante este verano. La ausencia de las imágenes icónicas de la Semana Santa ha dejado un vacío en sus hornacinas, una ausencia que ha sido elocuentemente descrita por Antonio Vázquez Bayón, un hermano de la cofradía del Huerto, en sus versos: «Silencio. ¿Lo intuyen? Sí, es la ausencia, / recovecos vacíos, apenas ápices de vida, / orfandad ante Su tan Inequívoca Esencia».

Este verano de 2024, no menos de tres imágenes han sido retiradas para su restauración, una práctica no ajena a las cofradías cordobesas. Aunque sus fieles las echen de menos, este es el tiempo más apropiado para tales intervenciones, que garantizan su conservación y longevidad.

El Señor de la Oración en el Huerto, una de las imágenes más veneradas de la Semana Santa cordobesa, ha sido confiada a las capaces manos de Ana Infante de la Torre. Esta restauradora ha trabajado en los últimos años con numerosas imágenes de las cofradías, adquiriendo una reputación envidiable en su campo.

Su labor en El Señor de la Oración en el Huerto se centra en la limpieza de la policromía, la fijación y reintegración de algunas partes, además de la eliminación de pequeñas grietas. Esta intervención llega después de que la cofradía afrontara recientemente la restauración del Señor Amarrado a la columna.

El taller de Ana Infante de la Torre: un refugio de restauración

En el mismo taller, Ana Infante de la Torre tiene a su cargo la restauración de Nuestra Señora de la Piedad, la titular del Prendimiento. Esta imagen está siendo sometida a una limpieza superficial y a una serie de ajustes en el casco, corpiño, cinturilla y muñequeras. La cofradía salesiana, que recientemente presentó la bambalina trasera bordada, espera ansiosamente el regreso de la Virgen a su hornacina.

En el taller de Infante de la Torre, también se encuentra la imagen de Jesús Humilde en la Coronación de Espinas, una talla completa que requiere un esfuerzo de restauración considerable. Este proyecto comprende la limpieza y mantenimiento de la imagen, obra de Francisco Buiza para la cofradía de la Merced.

Por otro lado, el Señor de la Victoria en sus Tres Caídas ha sido objeto de estudio por su autor, Antonio Bernal, tras la aparición de una grieta en un pie. Los hermanos de la O aprobaron una intervención para mejoramiento de la estructura, que se llevará a cabo próximamente.

Además de las imágenes, las cofradías también han aprovechado el verano para la restauración de otros elementos significativos. Tal es el caso del baldaquino de Nuestra Señora Madre de Dios en sus Tristezas, una pieza concebida por Miguel del Moral y ejecutada por Miguel Arjona para la cofradía del Remedio de Ánimas. El baldaquino está siendo sometido a una restauración completa, enfocándose más en el dorado y la recuperación de elementos que en la estructura, que se encuentra en buen estado.

Por último, en el taller de Regespa, dirigido por Rosa Cabello y Enrique Ortega, se encuentra la imagen de Nuestro Padre Jesús Caído de Fernán Núñez. Esta obra de Francisco Bonilla es muy querida tanto en Fernán Núñez como en toda la provincia, gracias a su fuerte expresividad.

Las cofradías esperan pacientemente el regreso de sus veneradas imágenes, encontrando consuelo en los versos de Antonio Vázquez Bayón: «Esta urbe califal, anhelando tal presencia, / despojada de atributos, amarga sensación, / ofrenda en lontananza, mi Señor, oración, / mientras tanto, Silencio. / Sí, es la ausencia».