el niño de Almería que necesita una médula

El reloj está corriendo para un valiente niño de 10 años llamado Alejandro, quien lucha contra la leucemia. Hace unos días, en medio de su batalla, preguntó a su madre si podrá volver a su colegio el próximo año. La respuesta de su madre, María Luisa Alcaraz, fue una sonrisa y un sí, pero la realidad es que el tiempo se está acabando. Alejandro necesita urgentemente un donante de médula ósea y solo quedan cuatro semanas para encontrar uno.

La familia se encuentra en una lucha desesperada contra la enfermedad desde hace dos años, un tiempo durante el cual María Luisa describe que su mundo se detuvo. Su desesperación y miedo son palpables mientras ella narra cómo cada día que pasa es un día menos para Alejandro.

Alejandro ha experimentado un deterioro considerable en los últimos dos años. La impotencia de María Luisa se ve agravada por la necesidad de encontrar un donante compatible ya que en cuatro semanas termina el tratamiento de Alejandro y necesita un trasplante de médula ósea de un donante compatible. Si no se encuentra uno, la enfermedad puede regresar.

El tiempo apremia, Alejandro está a punto de comenzar el último ciclo de tratamiento. Después de esto, necesitará un trasplante de médula ósea, pero no cualquier donante servirá. Los médicos buscan un donante compatible al menos al 90%, pero las posibilidades de encontrar uno son de una en 4.000 personas. La familia tiene la esperanza de encontrar ese donante gemelo que podría salvar la vida de Alejandro.

Si no se encuentra un donante compatible, el padre de Alejandro podría ser la opción, aunque solo es compatible al 50%, lo que significa que hay muchas posibilidades de rechazo. A raíz de esta situación, María Luisa hace un llamamiento a la donación, describiéndolo como un proceso sencillo, inofensivo, indoloro y que puede salvar una vida.

La donación es un proceso simple. Los requisitos son tener entre 18 y 40 años, estar sano y pesar más de 50 kilos. Con solo un pinchazo para extraer sangre de la médula ósea y obtener las células madre, se podrían salvar vidas como la de Alejandro. María Luisa alienta a las personas a acudir a cualquier centro de transfusiones y destaca la necesidad de más donantes en España, donde en comparación con Alemania, que cuenta con diez millones de donantes, solo hay medio millón.

Hay dos formas de realizar la donación. Una es a través de la sangre periférica, similar a la donación de sangre para una transfusión, pero con un procedimiento más largo llamado aféresis. El otro método implica anestesia y una punción en el hueso de la cadera para extraer las células hasta que se obtenga la cantidad suficiente para el trasplante.

Un simple gesto de donación puede cambiar y salvar vidas. Las células de la médula de los pacientes enfermos se reemplazan por otras de un donante sano. Si el cuerpo del paciente acepta las células, puede volver a tener una vida normal. Pero si hay rechazo, las consecuencias pueden ser fatales, por lo que se exige una compatibilidad superior al 90%.

El trasplante que podría salvar a Alejandro necesita realizarse en solo cuatro semanas. Este pequeño que solía ser muy activo y deportista ha perdido dos años de su vida en esta lucha contra la enfermedad. Su madre describe esta situación como una lotería mala y anhela que Alejandro tenga una nueva oportunidad de vivir.

La familia vive en esta lucha constante. María Luisa describe cómo el cáncer es especialmente cruel con los niños, ya que están inmunodeprimidos, lo que los aísla y limita su contacto con otros. Su meta ahora es conseguir un trasplante que permita a Alejandro despertar de esta pesadilla y celebrar su próximo cumpleaños con sus amigos, algo que no pudo hacer el año pasado debido a su enfermedad.