El precio del gas proseguirá siendo entre los enormes temas en 2023. De esta manera lo creen los especialistas de Rabobank, que dieron a comprender sus proyecciones para el año próximo, más que nada tras las adversidades que ha atravesado Europa a consecuencia de la reducción del suministro ruso. En el banco holandés estiman que los futuros del TTF holandés, de referencia en el Viejo Conjunto de naciones, se ubicarán en una media de 149 euros a lo largo del año, si bien va a haber un instante en el que toque máximos: va a ser en invierno, y superará el máximo fijado últimamente por la Unión Europea (UE).
«Aguardamos que los costes del TTF toquen fondo en primavera y se contengan a lo largo del verano, conforme se reconstituyan las existencias», dicen los investigadores de Rabobank. Estiman que las reservas que ha juntado Europa a lo largo de este año se van a ir reduciendo pausadamente en los meses de frío, y que el próximo año va a haber mucho más adversidades para volver a poner el gas de cara al invierno, y sucede que no se va a contar con tanto suministro ruso.
«Europa comenzará a amontonar existencias nuevamente en el tercer mes del año de 2023 desde los mínimos sin solamente gas ruso. Suponemos que el gas ruso va a ser funcionalmente nulo«, señalan sobre esto estos especialistas.
Por eso desde la entidad auguren que «a fines del verano y en otoño se generará una apreciación de los costes», según se acerque nuevamente la temporada de frío. Específicamente, aguardan que «los costes de invierno se ubiquen por término medio en el precio máximo de 188 euros o cerca de él«. El gas superaría de esta manera el máximo que ha fijado la UE, de 180 euros, hace solo unos días, tras meses de duras negociaciones entre los Estados integrante.
En la actualidad los costes del gas natural en Europa han vuelto al nivel previo a la guerra de Ucrania. En verdad, este miércoles el futuro del TTF para el próximo mes cayó hasta tocar los 76,78 euros por megavatio hora, la cota mucho más baja en 10 meses. Este precio se registró por última vez justo antes que Rusia empezase la invasión. Si bien poco después se recobró y volvió a retomar la senda alcista.
En todo caso, el tiempo mucho más caluroso de lo frecuente que se vive en Europa ha achicado la demanda de calefacción, lo que ayuda a proteger las reservas amontonadas, que hoy día están en torno al 83%, según datos de la asociación Gas Infraestructure Europe (GIE). Es un 30% superior al nivel registrado en exactamente el mismo intérvalo de tiempo del año pasado.
A pesar de que los especialistas insisten en que Europa se hallará en una situación bien difícil en el momento en que desee volver a poner sus existencias el año próximo no solo por el hecho de que el volumen suministrado por Rusia vaya a ser sensiblemente menor, sino más bien asimismo pues el mercado del gas natural licuefactado (GNL), del que el Viejo Conjunto de naciones ha dependido este año, proseguirá siendo poco.
Exactamente sobre ello comunican los estrategas de Rabobank que en el valor del gas influirá, y bastante, el mercado de cargamentos de GNL al contado. «Dado que el TTF se haya encontrado con un muro cerca de los 100 euros repite y respalda nuestra proposición de que el valor del gas en todos y cada uno de los mercados de europa se ve impulsado por el coste de la logística y el transporte. Los costos se sostendrán superiores mientras que el gas se transporte en buques metaneros, hasta el momento en que se agote la aptitud libre en fuentes elecciones o se genere un exceso de oferta de GNL», resaltan.
A su juicio, «los cuellos de botella están en la aptitud de exportación y en la proporción de buques metaneros que proveen el mercado mundial». Además de esto, señalan que tampoco tienen la posibilidad de descartarse «nuevos boicots en otras zonas de infraestructuras energéticas críticas, como los gaseoductos noruegos del Mar del Norte o cualquier terminal de importación» que provocarían volatilidad en los costes del gas. Y afirman que «hay una enorme oportunidad de racionamiento de gas en los próximos inviernos de 2023 y 2024».
EL EFECTO CHINA
Sin embargo, China y su reapertura asimismo van a divertirse un papel fundamental que puede perjudicar, y bastante, a Europa. Y sucede que se estima que conforme el enorme asiático abandone su política ‘cero Covid’ haya una mayor rivalidad por el GNL.
«Las importaciones chinas de GNL en 2022 se redujeron relevantemente respecto a 2021 en un 24%. En 2023, aguardamos que las importaciones chinas de GNL aumenten un 11% respecto a los escenarios de 2022», resaltan desde Rabobank. Asimismo recuerdan que hoy en dia China importa precisamente el 35% de sus pretensiones de GNL de Australia y el 11% estadounidense, que este año fué un considerable distribuidor de Europa.
Si la reapertura se realiza según lo sosprechado, estas cantidades podrían incrementarse, si bien la verdad es que Pekín ahora dijo abiertamente que quiere «localizar fuentes mucho más fiables» que USA más adelante.