La fábrica de Industrias Químicas del Ebro (IQE), en Malpica, aspira a sustituir parte de su producción mediante gas por hidrógeno verde a partir de 2026.

Los derechos de emisión de CO2, un mecanismo de defensa implementado en Europa para fomentar una reducción de las emisiones de las grandes industrias, han visto una tendencia a la baja en este 2024. Los costos de contaminar han disminuido aproximadamente a la mitad en comparación con el año anterior, con el precio por tonelada posicionándose alrededor de los 50 euros, en contraste con los 100 euros del año anterior. Esta disminución se alinea con la caída de los precios del gas en las últimas semanas, con la materia prima valorada en aproximadamente 25 euros por megavatio-hora (MWh), casi la mitad del precio en 2022 y similar a los precios precrisis, según el mercado de referencia TTF holandés.

Desde 2005, Europa ha estado operando bajo un sistema conocido como el Emissions Trading System (ETS). Este sistema limita las emisiones de aproximadamente 10,000 instalaciones de gran consumo de energía, incluyendo centrales eléctricas, industrias y compañías aéreas. Cada empresa tiene asignada anualmente una cantidad limitada de derechos de CO2 que pueden emitir de forma gratuita. Si necesitan emitir más, deben comprar derechos adicionales en una subasta.

Este sistema convierte al CO2 en un costo adicional de producción para las instalaciones más contaminantes, lo que tiene un impacto directo en la factura de la luz. Las centrales térmicas de generación eléctrica, como los ciclos combinados o las plantas de carbón, son algunas de las principales compradoras de estos derechos, ya que no tienen cuotas asignadas gratuitamente. Como resultado, cualquier cambio en los precios de los derechos de emisión de CO2 afecta directamente a los precios mayoristas de la electricidad.

En 2018, estos derechos se vendían a 4 euros por tonelada de CO2. En 2019, el precio aumentó a 23 euros, en 2021 a 48 euros, y alcanzó un pico de 100 euros el año pasado. La filosofía detrás de esta medida es simple: si contaminar cuesta más, las industrias dejarán de hacerlo. Sin embargo, este año ha visto una reducción de los precios a la mitad. Esto nos lleva a preguntarnos: ¿Se está logrando el objetivo de emitir menos?

Según un informe publicado recientemente por la Agencia Internacional de la Energía (AIE), las emisiones de CO2 aumentaron un 1.1% a nivel global en 2023. Sin embargo, en la Unión Europea, disminuyeron casi un 9%. El informe atribuye esta disminución al despliegue de energías renovables en el sector eléctrico, a una situación macroeconómica más débil y a una mayor eficiencia de la industria.

Un factor que ha contribuido a la disminución de las emisiones en Europa es la menor demanda de derechos de emisión. La desaceleración industrial, especialmente en Alemania, uno de los principales consumidores europeos, así como la venta de derechos por parte de los inversores para cubrir pérdidas en otros activos y aumentar la liquidez, han influido en esta disminución.

Además, la generación renovable en máximos ha reducido significativamente la producción con gas y carbón en los mercados eléctricos europeos, especialmente en España y Alemania. Esta tendencia, junto con una demanda industrial sin grandes cambios al alza, y un escenario de temperaturas que no presionan los precios al alza, han mantenido contenido el precio del CO2, según el analista energético de Ignis Energía, Pedro Cantuel.

El componente especulativo, impulsado por fondos de inversión y bancos, también ha jugado un papel importante en la fluctuación de los precios. Estos actores representan alrededor del 30% de las compras, según Ismael Romeo, CEO de SendeCO2, una plataforma de compraventa de este tipo de derechos.

Además, otros factores como la mayor liquidez en las subastas debido a las ventas de Repower EU para recaudar fondos para inversiones limpias y la entrega de derechos de emisión a finales de septiembre en lugar de abril podrían haber contribuido a la menor presión sobre los precios.

José Bogas, CEO de Endesa, se mostró seguro de que los precios recuperarán los 100 euros por tonelada, dado que hay «muchos mecanismos» para elevar este precio, ya que la Comisión Europea ha indicado que los precios altos son necesarios para promover el cambio tecnológico.

En resumen, si bien el precio de los derechos de emisión de CO2 ha disminuido este año, hay varios factores en juego que podrían influir en su recuperación. Esto incluye la recuperación industrial esperada en los próximos dos años, la integración de las emisiones del transporte marítimo en el régimen comercial europeo y el sistema de control de precios del Market Stability research.

Por Daniel