Una Mirada a los Desórdenes Alimenticios en Niños con Necesidades Especiales
Los desórdenes alimenticios en niños con necesidades especiales son un tema que necesita ser abordado con urgencia. La prevalencia del Trastorno de Evitación o Restricción de la Ingestión de Alimentos (TERIA) en este grupo de población es sorprendentemente alta, alcanzando alrededor del 80%. Esta cifra incluye a niños afectados por trastornos como el Espectro Autista (TEA), el Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) y el Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC).
Este trastorno, que se detecta comúnmente entre las edades de 2 y 6 años, se caracteriza por comportamientos rígidos y obsesivos hacia la comida. Los niños con TERIA suelen rechazar determinados alimentos o texturas y, en algunos casos, solo pueden comer alimentos triturados. Este comportamiento restrictivo puede llevar a una serie de déficits nutricionales.
TERIA: Un Problema de Alcance General
Aunque los niños con necesidades especiales son el principal grupo de riesgo del TERIA, este trastorno no se limita a ellos. Puede afectar a cualquier niño, especialmente a aquellos que comen poco o que han experimentado un evento traumático en sus vidas. Según Cristina Girbau, responsable de Nutrición del Hospital HM Nens, el TERIA es cada vez más prevalente.
En general, los trastornos de la alimentación tienen una prevalencia de entre el 5% y el 25% en niños y jóvenes. De estos, entre el 12% y el 14% corresponden al trastorno del mal comedor. Sílvia Fernández, jefa de Psicología del Hospital HM Nens, explica que este perfil es el típico mal comedor de siempre. Es un niño que come muy poco o solo un tipo de alimento. Este comportamiento causa preocupación en las familias debido a su impacto en la salud del niño.
Fernández señala que los niños con TERIA a menudo no aceptan la alimentación proporcionada en lugares como las guarderías. La selección excesiva de alimentos puede indicar la presencia de un trastorno subyacente más grave, como TEA, TDAH o TOC, que no está siendo tratado adecuadamente. La intervención nutricional en estos casos varía dependiendo del trastorno de base. Por ejemplo, en niños con autismo se pueden incorporar pictogramas y alimentos a través del juego. Fernández cree que el TERIA está infradiagnosticado, con muchos más casos de los detectados hasta ahora.
Riesgos de Salud Asociados al TERIA
El TERIA, si no se detecta y se trata adecuadamente, puede tener efectos perjudiciales para la salud del niño. Los riesgos incluyen anemias ferropénicas, retrasos de crecimiento, mal desarrollo sexual y pérdida de masa muscular. Este trastorno también puede tener un impacto en la vida cotidiana del niño, ya que el niño puede no llevar una vida normal a causa de sus hábitos alimenticios restrictivos.
Joana Torán, una de las nutricionistas de HM Nens, explica que los niños con TERIA que ella atiende a menudo son derivados por un pediatra o un endocrino debido a su baja estatura. Sin embargo, ella también ha atendido a niños con TERIA que presentan obesidad. En todos los casos, estos niños tienen un déficit nutricional.
Tratamiento del TERIA
El tratamiento del TERIA no es una tarea fácil y puede llevar tiempo. Torán explica que el primer paso es evaluar la extensión de la restricción alimentaria. A partir de ahí, se determina si el niño necesita suplementos alimentarios y se desarrollan pautas de comportamiento en torno a las comidas. Este enfoque a menudo involucra trabajar con los niños a través del juego y rebajar la presión asociada con la comida. También es esencial trabajar con las familias para garantizar un enfoque coherente y de apoyo en el hogar.
En general, los tratamientos pueden tardar hasta un año en mostrar resultados, pero normalmente consiguen que el abanico de alimentos aceptados por el niño se amplíe. Independientemente de cuánto pueda tardar, es crucial recordar que cada paso hacia una alimentación más saludable es un progreso.
Una mirada más cercana al TERIA
El TERIA se manifiesta de diferentes maneras en diferentes niños. Algunos niños pueden desarrollarlo debido a un episodio traumático, mientras que otros simplemente pueden tener poca hambre. Aún otros pueden tener una alta sensibilidad a ciertos alimentos, lo que puede estar asociado con trastornos como el autismo. Sin embargo, a pesar de estas variaciones, todos los casos de TERIA pueden causar estrés y angustia tanto en el niño como en su familia.
Por eso es crucial contar con un equipo de profesionales capacitados y compasivos para ayudar a estos niños y a sus familias. Como señala la psicóloga Sílvia Fernández, las familias de niños con TERIA a menudo se sienten desesperadas y temen por la salud de su hijo. Pero con la terapia familiar y conductual adecuada, estas familias pueden aprender a manejar el TERIA y trabajar hacia una relación más saludable con la comida.
La lucha contra el TERIA puede ser larga y difícil, pero con el apoyo adecuado, los niños pueden aprender a superar sus miedos y restricciones alimentarias. ¿Cómo podemos como sociedad ser más comprensivos y apoyar a las familias que luchan contra este trastorno? La respuesta a esta pregunta podría ser el primer paso hacia una mayor comprensión y tratamiento del TERIA.