En los últimos cuatro años, desde el estallido de la pandemia, el teletrabajo se ha convertido en una práctica común para una parte significativa de la población trabajadora. Sin embargo, según un estudio reciente, siete de cada diez empresas no compensan a sus empleados por los costes adicionales que esta modalidad puede suponer, como el uso de wifi, electricidad, o la necesidad de un mobiliario adecuado.
El estudio, presentado por la escuela de negocios Eada, se basa en una encuesta a 638 profesionales. Los resultados muestran que, más allá de la era del covid-19, el teletrabajo en España suele practicarse uno o dos días a la semana. A pesar de los problemas iniciales para desconectar al final de la jornada, la satisfacción general de los trabajadores que practican el teletrabajo ha mejorado.
En términos generales, el teletrabajo alcanzó su pico durante el confinamiento. Posteriormente, a medida que se relajaban las restricciones sanitarias, la frecuencia disminuyó, aunque se mantiene por encima de los niveles pre-pandemia. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), el porcentaje de trabajadores que trabajan desde casa con mayor o menor asiduidad alcanzó un máximo del 21,4% en el segundo trimestre de 2020. Actualmente, este porcentaje se ha consolidado en un 15,3%.
Según la encuesta de Eada, una parte importante de las empresas han optado por mantener las opciones de teletrabajo. De hecho, dos de cada tres compañías siguen teletrabajando al mismo ritmo que hace un año o han incrementado el número de horas de teletrabajo. Sin embargo, un tercio de las empresas están restringiendo o incluso eliminando esta práctica.
Esta tendencia contrasta con la preferencia de los empleados. Según la encuesta, seis de cada diez entrevistados afirmaron que cambiarían de trabajo si se les cortara el acceso al teletrabajo. Esta prioridad es especialmente alta entre los jóvenes y las mujeres. Aline Masuda, directora del estudio y profesora de Eada, señala que el dilema actual no es si utilizar el teletrabajo o no, sino cuál es la proporción adecuada para mejorar el rendimiento y la vida de los profesionales.
El Ministerio de Trabajo pactó con patronal y sindicatos la entrada en vigor, en octubre de 2020, de una nueva ley de teletrabajo. Esta establece que las empresas deben firmar un acuerdo de trabajo a distancia si este supera el 20% de las horas semanales que los empleados trabajan desde casa. La ley también establece que el teletrabajo no puede suponer un coste adicional para los trabajadores.
A pesar de esta normativa, siete de cada diez entrevistados afirmaron no recibir compensación alguna por trabajar desde casa. Esto se debe a que muchas empresas permiten solo un día de teletrabajo a la semana, quedando así por debajo del umbral del 20% y evitando la obligación de pagar ninguna compensación. En otras empresas, el teletrabajo se ha consolidado de manera informal, sin un acuerdo que lo recoja explícitamente.