El president Pere Aragonès y la consellera Natàlia Mas con la propuesta de nueva financiación.

El pasado martes, la Generalitat presentó su propuesta de «financiación singular» para Catalunya, un modelo que evoca al concierto vasco y a través del cual el Govern exige gestionar «todos los impuestos generados» en el territorio catalán. Este planteamiento implicaría que la Generalitat manejaría, recaudaría y liquidaría íntegramente los 51.981 millones anuales que se pagan en Catalunya en impuestos, pasando de gestionar el 9% de los tributos al 100%. De esta manera, Catalunya tendría «la llave de la caja», según destacó la consellera Natàlia Mas. A diferencia de Euskadi, la Generalitat sí aportaría una cuota de «solidaridad» a la caja común del Estado.

La consellera Mas explicó la propuesta al resto del Govern durante la tradicional reunión de los martes y luego realizó la presentación pública. Mas defendió que se trata de un «cambio de paradigma», un «giro de 180 grados» para dejar atrás décadas de injusticia. «Un modelo de soberanía fiscal«, concluyó. La propuesta de la Generalitat implicaría sacar a Catalunya del régimen de financiación común que ahora comparte con la mayoría de autonomías para tener un modelo propio como el de Navarra y el País Vasco.

Uno de los argumentos centrales de la Generalitat es insistir en que lo que pide Catalunya es completamente «constitucional y estatutario» porque ya hay otros territorios que tienen modelos de financiación propios. «No hay autonomía real sin autonomía financiera. Es una necesidad de primer orden», justificó Mas, quien aseguró que, solo con una financiación así, España se acercaría a un sistema político federal como el que existe en países como Alemania, Suiza y Canadá.

El principal argumento de la Generalitat para solicitar este cambio es el déficit fiscal catalán, que Mas ha situado en los 20.000 millones anuales. Es decir, dinero que los catalanes pagan en impuestos a las arcas estatales y que luego no retorna a la Generalitat. De ahí que el principal cambio de este modelo sea tener «la llave de la caja». Además, Mas recordó que Catalunya es la tercera comunidad en aportar recursos a las arcas del Estado y la decimocuarta en recibir, luego, recursos estatales.

Para que la propuesta sea mejor recibida y tenga también un mayor encaje legal, la Generalitat propone que el nuevo sistema de financiación tenga una cuota de «solidaridad». Es decir, que de los 52.000 millones que pasaría a recaudar, no todos se quedarían en Catalunya. En primer lugar, la Generalitat haría una transferencia al Estado como «contraprestación» a los servicios que el Gobierno presta en Catalunya. En segundo lugar, y en este punto radica la diferencia con Euskadi, también aportaría una cantidad de dinero a un fondo de «reequilibrio territorial destinado a los comunidades con menos capacidad económica».

El Govern no ha querido precisar las cifras exactas de esta solidaridad. La justificación de la Generalitat es que son «métricas» que deberían estar sujetas a la «negociación» entre la Generalitat y el Gobierno. La aspiración del Govern de Pere Aragonès es que este modelo se negocie en una comisión bilateral entre los dos gobiernos. Así figuraba en el pacto que alcanzaron ERC y el PSOE en noviembre del año pasado para la investidura de Pedro Sánchez.

El Govern presentó su propuesta de financiación en plena precampaña de las elecciones catalanas. Aunque la consellera de Economía no ha citado explícitamente a los socialistas, no ha hecho falta para que se entendiera que algunas advertencias eran para ellos. Por ejemplo, cuando Mas ha dicho que la Generalitat presenta esta propuesta ante «la inacción de otras fuerzas políticas».

Pese a la negativa socialista y al previsible rechazo del PP, el otro gran partido estatal, la Generalitat mantendrá la propuesta viva todo el tiempo que pueda. El argumento que el Govern da entre bastidores es que Sánchez también negaba la amnistía y ha acabado promoviéndola. ¿Por qué no puede pasar igual con la financiación?, se repiten en el Palau de la Generalitat. Para conseguirlo, Aragonès tendrá que empezar por conseguir la reelección tras las elecciones del 12 de mayo. El president viajará este miércoles a Madrid para participar en un desayuno informativo y explicar allí su propuesta.

Por Daniel