El hall de recepción del hotel Hyatt en Londres fue un bullicio de actividad, ubicado a pocos metros del estadio olímpico donde España sufrió una derrota ante Colombia. Entre las personas presentes se encontraban personalidades destacadas como René Higuita y Joan Capdevila, quienes se mezclaban con el personal de la Federación Española de Fútbol, que iban y venían con sus ordenadores y ropa corporativa.
A pesar de las noticias que llegaban desde Las Rozas acerca de la intervención de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, el ambiente en el hotel era de alivio más que de tensión. “La Guardia Civil sabía a quién buscaba”, confirmaron varios testigos del registro en Las Rozas. Eso explicaba el alivio que se sentía entre los empleados, que continuaron con sus labores a pesar de la intervención.
La magistrada Delia Rodrigo, del Juzgado Número 4 de Majadahonda, cansada de no recibir respuesta a sus solicitudes de documentación a la Federación, ordenó el registro por parte de la Guardia Civil. La intervención incluyó la confiscación de ordenadores y discos duros para extraer información de 24 cuentas de correo electrónico. Al describir la escena, una fuente señaló que “han dejado aquello como un solar porque se han llevado toda la documentación”.
Tomás González Cueto, considerado el cerebro detrás del ‘rubialismo’, fue arrestado en su despacho en la calle Sor Ángela de la Cruz, a pocos metros del estadio Santiago Bernabéu. Los hermanos González Segura y José ‘Jota’ Jiménez, jefe de Recursos Humanos y uno de los «soldados» de Rubiales, fueron detenidos en Las Rozas. Todos los detenidos en esta operación, bautizada como ‘Operación Brody‘, fueron vigilados de cerca por las fuerzas del orden, incluso cuando iban al baño, y se les confiscaron sus teléfonos como medida inicial.
Uno de los pocos que no fue detenido fue Pedro Rocha, que en la Federación se insistía en que es “más víctima que cómplice”. A Rocha se le caracteriza como un “señor” y se le desvincula del entramado de Rubiales. A pesar de su designación como sucesor por parte de Rubiales, se dice que Rocha es el único vicepresidente que podía elegir, ya que no está involucrado en ninguna polémica.
Según las fuentes, el modelo clientelar de asamblea del deporte español es señalado como la causa de la corrupción en la Federación. A pesar de esto, ni el Consejo Superior de Deportes ni el Gobierno han hecho nada por modificarlo con la nueva Ley del Deporte.
El momento en que se llevó a cabo la ‘Operación Brody’, el mismo día que se iban a convocar las elecciones, ha llevado a diversas especulaciones. Algunos sugieren que se trataba de un intento de desviar la atención de los medios de comunicación, mientras que otros creen que se trataba de un intento de maximizar el impacto mediático de la operación.
La detención de la cúpula del ‘rubialismo’, quienes mantenían un «tren de vida obsceno», ha sido vista con alivio por muchos. Sin embargo, el proceso legal promete ser largo. La ‘Operación Soulé’, que culminó con la detención del expresidente Ángel Villar, todavía está en curso y el juez Santiago Pedraz, después de más de seis años, aún no ha abierto juicio.
Aunque la ‘Operación Brody’ no parece que vaya a tener una resolución más rápida, al menos ha logrado desmantelar una parte del poder en Las Rozas. Solo el tiempo dirá si Rocha es realmente una «víctima», como insisten en la RFEF, o un cómplice, como sostiene gran parte de la opinión pública.