«Se aproxima una mayor debilidad para el dólar», pero eso no quiere decir que los inversores no logren proseguir ganando en el mercado de percibes. Solo hay que comprender dónde invertir. De esta manera lo comentan los especialistas de J. Safra Sarasin Sustainable AM en un reciente informe, en el que indican cuál es la manera más óptima de posicionarse en 2023 para favorecerse de la debilidad aguardada en el ‘billete verde’.
Como afirma Claudio Wewel, estratega de percibes en J. Safra Sarasin, «el dólar estadounidense tocó techo en el mes de octubre y aguardamos una mayor debilidad más adelante» gracias a la moderación de los costes al consumo estadounidenses, que volvieron a asombrar a la baja el pasado noviembre, último mes del que se tienen datos (subida intermensual del 0,1%, en oposición al 0,3% pensado, y también interanual del 7,1%, en oposición al 7,3% aguardado).
Tras la caída, el índice DXY del dólar cayó mucho más de un 1%, y esta inclinación puede regresar a repetirse en los meses venideros en tanto que la última moderación de los costos al consumo en EEUU «cambió la hipótesis del mercado de que los modelos de interés oficiales de la Reserva Federal se ubicarían muy sobre el 5%».
Según Wewel, en previsión de una ralentización del período de subidas, el retroceso de las esperanzas de tipos en EEUU fué singularmente pronunciado, lo que «ha causado una caída de los desempeños del Tesoro y ha invertido la inclinación alcista del dólar«.
Este analista admite que la debilidad del dólar empezó antes de lo que aguardaban en J. Safra Sarasin, pero se puede decir que el movimiento de la divisa prosigue, en líneas en general, «patrones históricos». Específicamente, apunta que «el dólar está imitando la activa que mostró durante los 2 últimos ciclos de subidas de géneros de la Fed: 2004-2006 y 2016-2018». A lo largo de los dos capítulos, recuerda, el ‘billete verde’ se embarcó en una inclinación bajista bastante antes que las clases de interés oficiales de la Fed alcanzaran su punto máximo.
En todo caso, y pese a la última debilidad, «el género de cambio efectivo real del dólar declara que la moneda prosigue estando realmente fuerte en términos históricos. Y, apunta Wewel, desde la perspectiva de la balanza por cuenta bancaria «el panorama es afín», si bien el desajuste con las cambiantes escenciales se ha moderado recientemente. «En combinación con un período económico estadounidense que podría ralentizarse de forma rápida, esto recomienda que probablemente la inclinación de debilidad del dólar se extienda hasta 2023«.
PERSPECTIVAS PARA EL USD
De esta manera las cosas, los inversores tienen que tener visibles las perspectivas para el próximo año en el momento de invertir. Hay pares del USD que tienen mejores proyecciones que otros, con lo que resulta conveniente tener esta información muy presente en el momento de modificar las carteras.
Como dicen desde J. Safra Sarasin, en las últimas semanas el EUR/USD ha experimentado una «destacable restauración, impulsada por la optimización de la seguridad en la eurozona, reflejo de la menor posibilidad de escasez de energía en Europa y del alivio de las presiones de la oferta global». El reciente movimiento ha achicado la brecha entre el género de cambio y los desempeños en un corto plazo. No obstante, informa Wewel, «no aguardamos que la brecha se cierre completamente, en tanto que en parte representa el deterioro de la relación de trueque energético de Europa, que probablemente no se invierta en un corto plazo».
En la gestora recuerdan que frente al frío diciembre los costes del gas han vuelto a subir, sin olvidar que la guerra en Ucrania y la ralentización de la producción industrial «proseguirán siendo un reto para el euro». Consecuentemente, «no aguardamos que el EUR/USD prosiga subiendo considerablemente más de ahora en adelante».
En verdad, J. Safra Sarasin aventura que «el USD/JPY va a ser el par que mucho más se mueva en 2023». «En contraste a otras economías desarrolladas, la inflación en El país nipón prosigue incrementando, lo que aumenta las posibilidades de un cambio de política del Banco de El país nipón en 2023″. En opinión de los especialistas de la gestora, «probablemente el BoJ abandone su control de la curva de desempeño en la segunda mitad de 2023, en el momento en que vea mucho más rastros de restauración de los sueldos nipones», con lo que presagian que un estrechamiento del diferencial de desempeño del Treasury estadounidense y del bono a 10 años de El país nipón podría invertir una gran parte de la caída del yen en oposición al dólar en lo que va de año.
Por otra parte, apunta Wewel, «el franco suizo debería proseguir siendo una aceptable opción». Gracias a la baja inflación nacional (la inflación suiza es inferior a la del resto de economías del G10), «los desempeños reales suizos son considerablemente más atractivos que los de sus análogos de la eurozona». Además de esto, la economía suiza es parcialmente fuerte al debilitamiento de la economía estadounidense. Todo eso se refleja en una correlación negativa entre el ISM y el franco suizo, que «debería mover a la baja al USD/CHF».
Para terminar, en J. Safra Sarasin resaltan que, en el conjunto de percibes ligadas a las materias primas, «el dólar australiano debería actuar de manera comparativa bien, puesto que las votaciones del AUD/USD semejan históricamente económicas». A su juicio, dada la relevancia de China como colega comercial de Australia, «la divisa debería favorecerse de un repunte de la actividad china merced a una reapertura de su economía tras la política de cero Covid».
«Observamos que el éxito de la reapertura de China requerirá probablemente cierto tiempo, si bien resultará preciso a fin de que se materialice una restauración sostenible», concluyen.