El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, ha asegurado este lunes que «los efectos de segunda ronda mediante los sueldos o márgenes fueron contenidos» en la región euro, y volvió a adelantar nuevos aumentos en las clases de interés para batallar la inflación en las próximas asambleas del Banco Central Europeo (BCE), entidad de la que es integrante a través del Consejo de Gobierno.
No obstante, ha alertado de que «la mayor persistencia de la inflación ha alto los peligros de desanclaje de las esperanzas de inflación en un medio plazo«, y ha calificado estas previsiones como «un factor clave», puesto que si continúan «firmemente» ancladas al propósito, «la reacción de la política monetaria podría ser menos contundente».
«Un aspecto asimismo muy importante con relación a la contestación de hoy de la política monetaria debe ver con la elevada indecisión que existe, que perjudica tanto a la naturaleza de las alteraciones como a su persistencia o a de qué forma terminarán influyendo nuestras medidas a la inflación en todo el canal de transmisión de la política monetaria», ha señalado a lo largo de su intervención en el Período de Charlas Enrique Fuentes Quintana, ordenado por la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas.
De Cos ha recordado que la meta del BCE es «normalizar la inflación en un horizonte de 2 o tres años«, y ha señalado que las previsiones del organismo sostienen una inflación del 2,3% en 2025, por arriba, por consiguiente, del propósito del 2%.
«Desde la última asamblea del Consejo de Gobierno del BCE se ha producido un aumento del nivel máximo de las clases de interés aguardado por el mercado de en torno a 25 puntos básicos, hasta el ambiente del 3,4%. Hay que tomar en consideración, sin embargo, que estos géneros de mercado integran un factor de prima a período positivo, con lo que la expectativa auténtica del mercado sobre qué nivel máximo alcanzaría el género de la sencillez de depósito se ubicaría algo bajo esa cantidad», ha valorado.
Con todo, cree que «el sistema bancario de la región del euro está en una aceptable situación para enfrentar la situación de hoy, debido, en parte, a las reformas de las políticas regulatorias y prudenciales acometidas en la última década».