El camino de España en la Eurocopa: Expectativas, Fracasos y Éxitos
El equipo español de fútbol, liderado por De la Fuente, se ha labrado un camino exitoso hasta los octavos de final de la Eurocopa. Han logrado no solo pasar como líderes de grupo, sino también ganar todos los partidos sin encajar un gol. Un rendimiento que ha desafiado las expectativas de muchos, mientras que otros sostienen que las han cumplido ante un debilitado equipo croata y una Italia de menor rango. Sin embargo, surge de manera inevitable la pregunta: ¿Quién dicta nuestras expectativas? Como dijo el actor español Carlos Bardem, “soy mucho más feliz desde que he aprendido a rebajar mis expectativas. No espero mucho y agradezco todo lo bueno que viene”.
Expectativa, la gran amenaza
El campeón mundial de ajedrez, Anatoly Karpov, una vez advirtió que “la amenaza de la derrota es más terrible que la derrota misma”. Según la Real Academia Española (RAE), una expectativa es la posibilidad razonable de que algo suceda. Se trata de un concepto estrechamente ligado a nuestras creencias, ideas, exigencias y deseos, así como a la educación que recibimos, los valores que rigen nuestra vida y las experiencias que acumulamos.
Para ilustrar cómo las experiencias pueden moldear nuestras expectativas, tomaré el ejemplo de mi hermana menor, quien ha vivido en varios países, incluyendo Portugal, Austria, Alemania, India y Costa Rica. A pesar de ser hijos de los mismos padres y compartir la misma educación e instinto nómada, nuestras experiencias vitales son notablemente diferentes, lo que a su vez ha configurado nuestras expectativas de maneras divergentes.
Los tres tipos de expectativas
En el ámbito deportivo, y en la vida en general, existen principalmente tres tipos de expectativas. Las predictivas, que anticipan un triunfo en la Eurocopa basándose en suposiciones de una realidad aún desconocida. Las normativas, impuestas por el contexto social, que exigen no solo ganar sino hacerlo de manera estilizada, de acuerdo con las creencias populares sobre cómo se debería jugar al fútbol. Y por último, las expectativas «merecidas», que son las más subjetivas de las tres y que nos obligan a creer que merecemos ganar la Eurocopa por encima de cualquier otro equipo. Ninguna de ellas garantiza nada y todas corren el riesgo de generar frustración cuando no se cumplen.
El iceberg del fracaso
Las expectativas no cumplidas pueden llegar a tener consecuencias devastadoras. No alcanzar los estándares autoimpuestos, o aquellos que creemos que los demás tienen de nosotros, puede llevar al fracaso. Sin embargo, es importante recordar que el fracaso no es más que una expectativa mal asumida de una derrota. Perder no solo es posible, sino necesario, pues para que uno gane, otro debe perder. El temor a la derrota puede ser paralizante, pero una vez que se supera este miedo, se puede disfrutar plenamente del juego.
Entender la derrota como un hecho natural puede ayudar a vencer el miedo que produce. Como dice el ex jugador de voleibol español Rafa Pascual, “no he perdido ningún partido. Cuando ha ocurrido es porque me los han ganado los rivales”. Este enfoque nos permite asumir la derrota sin sentirnos derrotados.
El desafío de las expectativas para la selección española
El equipo de España, bajo la dirección de De la Fuente, ha ido creando su propio camino en la Eurocopa. Sin embargo, con cada gol que marcan y cada partido que ganan, las expectativas a su alrededor siguen aumentando. Hace tan solo tres semanas, pocos hablaban de De la Fuente, y si lo hacían era para criticar su falta de carisma. Hoy en día, los logros de este equipo están siendo aplaudidos por toda la prensa deportiva y pronto por los medios generalistas. La verdadera prueba para este equipo empieza ahora, cuando las expectativas comienzan a crecer y las presiones a aumentar.
Manejo de las desilusiones y las expectativas
El tamaño de tu éxito tiene que ver con la forma en que manejas las desilusiones. Las expectativas no mejoran ni empeoran los resultados, solo cambian la forma en que vivimos la experiencia. En esta fase del torneo, un actor clave será Javier López Vallejo, el psicólogo de la selección española. Vallejo conoce bien el peso de las expectativas, habiendo sido objeto de una oferta millonaria por parte del Milan en su juventud que nunca llegó a materializarse. Aunque el fichaje nunca se cerró, siempre estuvo la expectativa de lo que podría haber sido: El portero que quiso fichar el Milan.