Un tren Talgo Vittal.

Talgo, el fabricante español de trenes, en un sorprendente giro de eventos, ha adquirido el consorcio húngaro Magyar Vagon, a través de una oferta pública de adquisición. Conocido como el primer gran movimiento del año en el sector corporativo, el acuerdo representa un caso clásico del ‘pez pequeño que se come al grande’.

La transacción es notable ya que Magyar Vagon, aunque sólido en su derecho, registró ingresos de 254,7 millones de euros en 2022, una cifra que palidece en comparación con los 652 millones de euros que Talgo facturó el mismo año. Los ingresos de Talgo son casi el triple de los de la firma húngara.

Los ingresos de Magyar Vagon provienen de varias empresas, incluyendo MAV Vagon que contribuyó con 109,6 millones de euros, DJJ que contribuyó con 77,1 millones de euros, y el negocio internacional de Ganz-Mavag que aportó 68 millones de euros. Este tipo de adquisición, donde la empresa más pequeña compra la más grande, puede parecer contraintuitiva, pero puede ser posible si la empresa más pequeña cuenta con un fuerte respaldo financiero.

En este caso, el apoyo financiero proviene del Ejecutivo húngaro, que posee el 45% del consorcio detrás de la operación. A través de Corvinus, un fondo creado para el desarrollo económico de Hungría más allá de sus fronteras, el gobierno húngaro proporciona el apoyo económico necesario para la adquisición.

Por su parte, Talgo ha demostrado ser una firma próspera en su propio derecho. En 2023, su cartera de pedidos alcanzó los 4.223 millones de euros, un 54% más que el año anterior. Entre los pedidos destacados de Talgo se encuentran el diseño y la fabricación de 79 trenes Intercity Talgo 230 para Deutsche Bahn, el operador ferroviario alemán, 16 trenes Intercity Talgo 230 para DSB en Dinamarca, y el desarrollo de 23 cabezas tractoras de muy alta velocidad para Renfe en España.

Si la fusión entre Talgo y Magyar Vagon se lleva a cabo, el grupo resultante podría llegar a facturar más de 700 millones de euros y contar con una plantilla de 5.550 empleados en todo el mundo. Este gigante corporativo tendría operaciones en Estados Unidos, Europa, África y Oriente Medio y estaría bien posicionado para enfrentar los desafíos del transporte ferroviario en la era de la descarbonización.

El grupo inversor detrás de la operación, liderado por András Tombor, busca con esta fusión «reforzar» la capacidad industrial de Talgo, que ha sufrido retrasos en la entrega de algunos de sus pedidos pendientes. Además, el consorcio húngaro tiene la intención de controlar la tecnología y patentes ferroviarias de Talgo, lo que permitiría a la firma húngara ampliar su experiencia industrial y enfrentar los pedidos pendientes y el crecimiento futuro de su negocio de fabricación y mantenimiento ferroviario.

Por Daniel