8M | Techo de cristal, de jornada y salarial: las tres brechas de género que quedan por resolver

El camino hacia la igualdad económica es un sendero accidentado y, a menudo, cuesta arriba. A pesar de los avances significativos en los últimos años, las brechas de género persisten, a menudo ocultas a la vista del público y afectando desproporcionadamente a las mujeres en el lugar de trabajo. En particular, las mujeres que buscan puestos de liderazgo, especialmente aquellas mayores de 50 años, se enfrentan a una serie de obstáculos. Las responsabilidades de cuidado, que a menudo recaen en las mujeres, solo complican aún más la situación.

Según el informe ClosinGap 2024 de PwC, aunque las mujeres representaron el 51,4% de la población en edad de trabajar en España en 2022, solo contribuyeron al 42,3% del Producto Interno Bruto (PIB) del país. En términos económicos, el coste de oportunidad de cerrar la brecha de género para la economía española es de 213.013 millones de euros, equivalentes a un aumento del 15,8% del PIB de 2022 y a 2,9 millones de empleos femeninos a tiempo completo.

La brecha salarial de género es una de las más notorias y tabú. Tres de cada cuatro mujeres (72%) creen que existe una diferencia salarial en puestos en los que desempeñan las mismas responsabilidades que sus compañeros de trabajo masculinos, según el III Barómetro sobre liderazgo femenino, políticas de igualdad y conciliación de la Federación Española de Mujeres Directivas, Ejecutivas, Profesionales y Empresarias (FEDEPE). La transparencia salarial sigue siendo un problema en España, al contrario de lo que ocurre en países como Estados Unidos.

Según los Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha), se necesitarán 25 años para acabar con la brecha salarial si se mantiene el ritmo actual de progreso. Las mujeres todavía ganan 5.000 euros menos al año que los hombres y necesitan aumentar su salario en un 24,8% para igualarlo. Las diferencias salariales más pronunciadas se encuentran en la Comunidad de Madrid con una diferencia del 31,5%, seguida de Asturias (31%) y Aragón (27,9%).

Uno de los mayores desafíos que las mujeres enfrentan en su carrera profesional es la necesidad de compaginar la jornada laboral con los cuidados familiares. Como resultado, un 20% de las mujeres en España han optado por contratos a tiempo parcial en comparación con el 3,6% de los hombres. Un informe de ISEAK revela que el 95% de las personas que trabajan a tiempo parcial por motivos de cuidado son mujeres.

La presencia de mujeres en los puestos de liderazgo de las empresas, también conocido como techo de hormigón, es aún más escasa. Según el Colegio de Registradores de España, el 75% de las empresas españolas no tienen mujeres en sus órganos de administración. Sin embargo, hay ciertos avances en el Ibex 35, donde la presencia de mujeres en los consejos de administración ha aumentado a 39,82%, casi alcanzando el objetivo del 40% establecido por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

A pesar de estos avances, la discriminación es aún más evidente cuando se trata de mujeres mayores de 50 años que buscan roles de liderazgo en las empresas. Según una encuesta realizada por FEDEPE, el 76% de las mujeres encuestadas consideran que el entorno económico actual es especialmente injusto para las mujeres «senior», aquellas que superan los 45 años.

En resumen, aunque se han realizado avances significativos en la dirección correcta, las brechas de género en la economía, especialmente en el lugar de trabajo, siguen siendo un problema importante. Es evidente que se necesita un esfuerzo sostenido y concertado para abordar estas desigualdades y garantizar que se logre la igualdad económica.

Por Daniel