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Lisboa, una de las ciudades más queridas por Flick, acogió un triunfo lleno de épica sobre el Benfica que colocó al Barça entre los ocho mejores equipos de Europa gracias a una irracional goleada (4-5), gestada en la media hora final. «Ha sido una locura», contó luego Lewandowski, a quien la edad (tiene 36 años) no le había permitido vivir aún una remontada de tales proporciones.

El encuentro se desarrolló en un escenario que vibró con cada jugada. El Estadio da Luz fue testigo de un partido que quedará en el recuerdo de los aficionados al fútbol. La tensión y la emoción se palpaban en el ambiente desde el primer minuto, con ambos equipos ofreciendo espectáculo y calidad sobre el césped.

El Barça comenzó el partido con una alineación audaz, buscando desde el principio el control del balón y la presión alta sobre el rival. Sin embargo, el Benfica no se dejó intimidar y respondió con rápidas transiciones que ponían en aprietos a la defensa azulgrana. Los primeros 60 minutos del partido fueron un constante ir y venir, donde ambos equipos tuvieron oportunidades para adelantarse en el marcador.

Un final de partido de infarto

Fue en la última media hora del encuentro cuando todo cambió. El Barça, que hasta entonces había estado batallando para mantener el ritmo del Benfica, encontró una nueva energía que transformó el partido. Las sustituciones realizadas por Flick fueron cruciales, aportando frescura y dinamismo al juego del equipo.

La remontada comenzó con un gol de Araujo, que aprovechó un centro perfecto para cabecear al fondo de la red. Este gol fue el detonante de una serie de jugadas que desataron euforia entre los aficionados del Barça. Poco después, Lewandowski marcó un gol que empató el partido, demostrando que su experiencia y calidad siguen siendo determinantes en momentos cruciales.

El tercer gol llegó de las botas de Ansu Fati, que con una jugada individual dejó atrás a la defensa del Benfica y definió con maestría ante el portero rival. Con el marcador a favor, el Barça no bajó los brazos y continuó presionando al Benfica. La cuarta anotación fue obra de Pedri, que se sumó al ataque desde el centro del campo y culminó una jugada colectiva.

Finalmente, el gol definitivo que selló la remontada fue un penalti marcado por Lewandowski, quien no falló desde los once metros. La remontada del Barça fue celebrada como una gesta épica, un partido que será recordado por la valentía y el espíritu de lucha del equipo catalán.

Con este resultado, el Barça asegura su lugar entre los mejores de Europa, demostrando que a pesar de las adversidades, el equipo sigue siendo competitivo al más alto nivel. La victoria en Lisboa no solo es un triunfo en el campo, sino también un mensaje de que el Barça está listo para enfrentar cualquier reto que se le presente en esta competición.

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Fuente de la información: El Periódico