El calor se cebará en los mayores, según las previsiones

El cambio climático y el envejecimiento de la población están convergiendo para crear un escenario alarmante en el que los ancianos, una de las demografías más vulnerables de nuestra sociedad, enfrentarán un riesgo creciente de muerte por calor extremo. A medida que el planeta se calienta y la población envejece, se espera que una de cada cinco muertes por calor extremo ocurra en personas mayores, según un estudio del Instituto Nacional de Estadística (INE).

Actualmente, el 9% de la población es anciana, pero esta cifra está destinada a aumentar. Para el año 2050, se espera que las personas mayores representen el 15% de la población española, lo que significa que tendremos más de 19 millones de personas mayores de 60 años. En un futuro en el que se prevé que las altas temperaturas sean insoportables, esta circunstancia será vital para entender cómo se va a disparar la mortalidad debido a los extremos climáticos.

Todos los modelos de predicción del futuro climático apuntan a que las muertes por calor aumentarán y las de frío disminuirán. Esto se debe a que se espera que el cambio climático suavice las estaciones en las que los termómetros suelen descender más. Sin embargo, un estudio publicado en ‘The Lancet’ por investigadores japoneses sugiere que la mortalidad en los meses de calor (especialmente en agosto) crecerá un 70% en España. En contraste, la reducción en las muertes por frío será del 7,5%.

Dominic Royé, geógrafo físico de la Fundación para la Investigación del Clima (FIC), advierte que «la realidad es más compleja». Aunque los inviernos serán más suaves, eso no significa que no haya frío ni episodios de frío extremo. Royé ha estado estudiando la mortalidad debida a las temperaturas extremas y cómo afectarán a una sociedad cada vez más envejecida.

«El envejecimiento nunca ha formado parte de las predicciones de mortalidad por el calor extremo», explica Royé. Esto implica que muchos estudios calculen una mortalidad futura por temperaturas extremas menor de la que habrá realmente. «Los adultos mayores de 64 años suelen ser los más vulnerables al frío y al calor», insiste Royé.

En el futuro, habrá muchas más personas mayores y vulnerables a las que estos cambios bruscos o extremos en la meteorología les afectarán sobremanera. «Sin duda, una parte del aumento de la mortalidad futura ocurrirá fruto del envejecimiento», revela.

Según un estudio publicado en la revista ‘Nature’, en España las muertes por calor aumentarán un 4,8% en un planeta con 3 grados más de temperatura. En un escenario en el que no se tenga en cuenta el envejecimiento de la población, las muertes por frío se reducirían un 1,6%; sin embargo, al añadir esta circunstancia, el indicador podría aumentar hasta un 0,3%.

Para el resto del mundo, se ha demostrado que en distintos escenarios de calentamiento global (a 1,5, 2 o 3 grados más) la mortalidad por el calor aumentará en un 0,5%, 1,0% y 2,5%, respectivamente. «Una de cada 4 muertes relacionadas con el calor pueden atribuirse al envejecimiento de la población», relata.

En 2023, un total de 13.320 personas en toda España murieron debido a las altas temperaturas, con 2.155 de esas muertes atribuidas al calor excesivo. Ese verano, la temperatura media en España fue de 23,4 grados, lo que supone 1,3 grados más que el periodo de referencia (la media de los veranos de 1991 a 2020).

El verano más mortal fue el de 2022, cuando murieron 18.321 personas en España por las altas temperaturas. De estas, 3.012 murieron por calor excesivo durante los 28 días de calor extremo que se registraron ese año. En ambos casos, mucho más de lo habitual. En 2018 se registraron 6 días de calor extremo, en 2019, 10; en 2020; 11 y en 2021 tan solo 5.

Este análisis es un llamado a la acción para tomar medidas proactivas para proteger a nuestras poblaciones más vulnerables del cambio climático y sus efectos devastadores. La adaptación y la resiliencia deben ser el centro de nuestra respuesta colectiva a esta amenaza existencial.