La presencia de plástico en el cuerpo humano ya no es una novedad. Evidencia científica reciente ha confirmado la existencia de micro y nano partículas plásticas en órganos como el hígado, el colon, el bazo, los ganglios linfáticos, la placenta y la leche materna. Ahora, un nuevo estudio ha demostrado la presencia de estos residuos de plástico en las placas de colesterol extraídas por cirugía de la arteria carótida de pacientes con enfermedades cardiovasculares.
El estudio, publicado en el prestigioso New England Journal of Medicine (NEJM), ha revelado que aquellos pacientes cuyas placas arteriales contenían residuos de plástico, tuvieron cuatro veces más accidentes cardiovasculares en los tres años siguientes a la operación que aquellos cuyas placas no contenían plástico. Esto marca la primera vez que se ha detectado una posible conexión entre el plástico y las enfermedades cardiovasculares.
Sin embargo, ¿es posible afirmar que la presencia de plástico en las placas de colesterol es la causa de los infartos? La respuesta es incierta. Algunos expertos sugieren que estas trazas de plástico podrían no ser una causa directa, sino un indicador o espía de otros factores de riesgo cardiovasculares más importantes, como la clase social, la ocupación o el ambiente en el que viven estos pacientes.
Este hallazgo, sin embargo, añade presión sobre el Tratado Global sobre la Contaminación por Plástico, actualmente en negociación en Naciones Unidas. La producción de plástico ha aumentado de manera alarmante desde 1950, pasando de dos millones de toneladas a 400 millones hoy en día. El 40% de ello es de usar y tirar. En este contexto, el NEJM ha instado a controlar inmediatamente su producción.
El estudio en cuestión involucró a 312 pacientes cardiovasculares de hospitales en Nápoles, Italia, en 2020. Estos pacientes habían sufrido infartos previos y necesitaban cirugía para limpiar sus arterias. Las placas de colesterol y otros tejidos obstruyentes se extraen a través de una pequeña incisión en la arteria carótida. Normalmente, estas placas se descartarían, pero en este estudio, fueron sometidas a análisis.
Los resultados revelaron la presencia de microplásticos y nanoplásticos en las placas del 60% de los pacientes. Estas son partículas de plástico de tamaños microscópicos, con tamaños que pueden medir desde micras hasta nanómetros. Los nanoplásticos, en particular, son abundantes debido a su pequeño tamaño, que les permite superar más fácilmente las barreras del organismo.
Estos materiales eran principalmente polietileno, que se utiliza en una amplia variedad de contenedores, y polivinilo, el material con el que se construyen la mayoría de las tuberías. Según el cardiólogo Sanjay Rajagopalan, coautor del estudio, el plástico formaba alrededor del 2% del total de las placas.
La presencia de plástico en las arterias es preocupante. Como Ethel Eljarrat, una química del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA-CSIC), señala, «estos estudios demuestran que estamos realmente expuestos».
El seguimiento de los pacientes durante los tres años sucesivos reveló que aquellos con micro y nanoplásticos eran cuatro veces más propensos a sufrir accidentes cardiovasculares que aquellos sin ellos. Esto sugiere que las partículas de plástico pueden desencadenar una respuesta inflamatoria en el organismo, que a su vez puede dar lugar a infartos.
No obstante, la relación de causa y efecto entre el plástico y los infartos aún no está confirmada. Los pacientes con más residuos plásticos también presentaban más factores de riesgo cardiovasculares, como hipertensión, triglicéridos elevados, diabetes y antecedentes de cardiopatía isquémica. Por lo tanto, la presencia de trazas de plástico podría ser una coincidencia, y otros factores podrían ser mucho más determinantes.
En conclusión, aunque este estudio ha encontrado una asociación entre la presencia de plástico en las arterias y un mayor riesgo de accidentes cardiovasculares, aún queda mucho por investigar antes de establecer una relación de causalidad. Sin embargo, como subraya Rajagopalan, «los plásticos no deberían estar en nuestro organismo. Es necesario averiguar qué efecto tienen».