Aragonès plantea cambiar el uso de las pistas del aeropuerto de Barcelona en julio y agosto

El Aeropuerto de Barcelona-El Prat está en una encrucijada. Se han presentado siete propuestas diferentes de diversas entidades y administraciones para manejar la llegada de más vuelos intercontinentales, mientras que asociaciones ecologistas abogan por mantener su capacidad actual.

El aeropuerto cuenta con tres pistas: la primera es la más larga y se utiliza para aterrizajes, la segunda es transversal y se utiliza de noche, y la tercera es la más cercana al mar y a la laguna de La Ricarda y es donde los aviones despegan.

Esta configuración de pistas segregadas provoca que el despegue de los aviones más grandes y con mayor capacidad de pasajeros, que por razones de seguridad necesitan más superficie de pista de la que tiene la tercera, detenga la operatividad del aeropuerto. Las propuestas para cambiar esta situación implican alargar las pistas, lo que tendría un impacto ecológico en el espacio medioambiental de La Ricarda o en el mar, o aumentar los vuelos que sobrevuelan las poblaciones de Gavà y Castelldefels, lo que provocaría más contaminación acústica.

Aena propuso en 2021 ampliar en 500 metros la pista más cercana al mar, hasta los 3.160 metros, con una inversión de 262 millones de euros, para que por ella pudieran despegar vuelos de largo radio. Esta propuesta implicaría mantener el uso segregado de las pistas, pasar de 80 a 90 operaciones por hora y realizar compensaciones ambientales que compensen la invasión del área protegida de La Ricarda.

En febrero de 2023, la Generalitat recibió un proyecto que contemplaba la opción de construir una nueva pista sobre el mar, a una milla de distancia de la costa. La pista tendría unos 3.400 metros de longitud, estaría conectada con el aeropuerto mediante una plataforma y no afectaría al espacio natural de La Ricarda.

Por su parte, Barcelona Global propuso en julio de 2023 alargar 350 metros la pista corta paralela al mar para que los aviones intercontinentales pudieran despegar por ella. La entidad sostuvo que se pueden obtener 3.310 metros de distancia de despegue alargando esta pista 350 metros de pavimento sin afectar la lámina de agua de La Ricarda y añadiendo 300 metros de ‘clearway’, una zona no pavimentada que se considera parte de la pista porque es una zona de despegue.

En agosto, el ex arquitecto jefe del Ayuntamiento de Barcelona, Josep Antoni Acebillo, presentó en la comisión sobre el aeropuerto que creó Foment del Treball un modelo para alargar la pista cruzada actual por encima del mar. Este modelo implicaría reducir la tercera pista y afectaría ambientalmente a la línea de la playa de El Prat de Llobregat y Viladecans, mientras que la zona de La Ricarda quedaría intacta.

En septiembre, la entidad medioambiental Oikia sugirió desviar parte de los vuelos ‘low cost’ que operan en el Aeropuerto de Barcelona a otros aeropuertos catalanes y mejorar las conexiones por tren entre infraestructuras, en lugar de ampliar la tercera pista de El Prat. Con este sistema, El Prat acogería vuelos intercontinentales o de largo radio y visitantes por negocios, los aeropuertos de Girona y Reus asumirían los vuelos ‘low cost’ y el Aeropuerto de Alguaire las mercancías.

En octubre, Foment del Treball propuso alargar la tercera pista de la infraestructura 840 metros por encima de La Ricarda, preservando la biodiversidad subacuática y el espacio natural. Para ello, se construiría una estructura de unos 300 metros de largo por unos 200 de ancho sostenida por pilones de 55 metros, con un espacio de entre 1,6 y 2,5 metros por encima de la lámina del agua.

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, propuso recientemente modificar en julio y agosto el funcionamiento de las pistas del Aeropuerto de Barcelona de 10 a 14 horas para asumir más vuelos intercontinentales sin ampliar la tercera pista. Esta propuesta implicaría convertir las pistas en independientes, para que ambas puedan acoger despegues y aterrizajes, lo que también generaría más contaminación acústica para los vecinos de Gavà Mar y Castelldefels.

Por otro lado, la plataforma ZeroPort y otras entidades ecologistas sostienen que los proyectos de consolidación y ampliación de la actividad y las infraestructuras del aeropuerto son incompatibles con la crisis ecológica global, la disponibilidad limitada de recursos energéticos y materiales y los diferentes compromisos y acuerdos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Por lo tanto, apuestan por mantener su capacidad actual.

El acuerdo del año pasado entre Govern y PSC incluía la creación de una comisión Generalitat-Gobierno para estudiar el modelo aeroportuario de Catalunya y transformar El Prat para ganar capacidad, no se mencionaba la ampliación.

Finalmente, la comisión se creó en enero de 2024 tras un acuerdo del ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, y la consellera de Territorio de la Generalitat, Ester Capella, y su objetivo es discutir el modelo que tiene mayor consenso. Sin embargo, el Aeropuerto de Barcelona es una infraestructura competencia del Gobierno, por lo que la última palabra la tiene el ejecutivo de Pedro Sánchez.

Por Daniel